One-Shots de Hawks [ Hawks x Lectora ] [Pedidos cerrados]

[ 005 ]

[ Bird things / Cosas de Pájaros ]

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Despertaste por un fuerte estruendo que se escuchó en alguna parte de la casa. Te asustaste por lo que podía ser y lo primero que hiciste fue remover el espacio a tu lado mientras buscabas a tu novio, el problema fue que él no se encontraba en su lado de la cama, ni siquiera estaba en la habitación de hecho. 

Te levantaste lentamente, prestando especial atención a los ruidos del ambiente, en busca de alguna señal del remitente del ruido, y paso a paso terminaste en el baño, donde sospechabas había sido el lugar del estruendo principal.

-¿Keigo?- hablaste para que tu novio te escuchase, pero, al no haber respuesta, terminaste por entrar en su totalidad al baño-. ¡Keigo!

Tu novio reposaba en el suelo frente a la puerta de cristal que poseía la ducha, notaste que estaba completamente quieto pero tenía sus ojos abiertos de par en par por la sorpresa, parecía bastante aturdido y, al observar con detenimiento su cara, podías ver un hilo de sangre que salía por su nariz y que esta misma se encontraba teñida de un leve y tierno color rosado.

-¿Estás bien, cariño?

Te sentaste en el suelo junto a tu novio, el cual estaba completamente inmóvil y solo se dignaba a pestañear de forma pausada. Tomaste un pañuelo y se lo extendiste al rubio para atender aquella pequeña hemorragia nasal, luego lo ayudaste a sentarse, quedando de frente. Antes de hablar, notaste una pequeña marca de sangre en la puerta de vidrio de la ducha.

Ya te imaginabas que era lo que había pasado, pero aún así, querías una explicación por parte del héroe.

-¿Puedo saber que pasó, cariño?

Agitaste su hombro con delicadeza, en un intento de hacerlo reaccionar y, por milagro, funcionó.

-Al parecer me golpeé con el cristal, pero estoy bien- habló mientras se quitaba los restos de sangre de su nariz-. Lo juro, no fue nada grave en realidad.

Te largaste a reír por la confesión de tu novio. Keigo tenía ciertas cualidades de pájaro y, a veces, también las actitudes de uno. Por ejemplo, hay muchas aves que no logran ver los cristales de las ventanas y, pues, a Keigo le acababa de pasar y ya había pasado otras dos veces, no es algo muy común pero si es bastante divertido a tu parecer.

-Nena, ya puedes dejar de reírte.

Pero solo reíste más, era algo que te producía mucha diversión y sentías que era imposible no estallar en carcajadas cada vez que algo como eso pasaba. Las lágrimas comenzaron a caer de tus ojos por la cantidad de risas que te sacaba esta situación y ver la cara de ingenuidad del joven frente a ti no hacia más que aumentarlas, hasta el punto de estar retorciéndote en el suelo por las carcajadas y el dolor abdominal que se generaba por estar tanto tiempo riéndote de tu novio.

-No sé que es tan gracioso, linda.

-Tú, tú lo eres

-¿Yo soy gracioso o el haber chocado contra la puerta la ducha lo es?

-Ambos.

De tanto reír al rubio se le contagio un poco, pero no por el mismo motivo que a ti, si no que le agradaba tener esos momentos contigo, donde solo estaban ustedes dos y no con trabajo de por medio, el cual estaba aumentando considerablemente estos días y sin explicación aparente, quitando la oportunidad de convivir tranquilamente como ambos deseaban.

-Te amo

Tu risa cesó de improvisto al escuchar las palabras del héroe, el cual ahora se reía por lo bajo al ver la cara de sorpresa que habías creado al escuchar sus palabras y lo siguiente que observó fue el sonrojo en toda la extensión desde tus mejillas hasta tus orejas.

-Yo también y mucho, ¿sabes?- Le sonreíste con dulzura, lo amabas demasiado-. Aunque tengas estas extrañas costumbres de pájaro, sigues gustándome muchísimo.

Ambos sonrieron antes de juntar sus labios en un casto y corto beso. Al separarse te levantaste de aquel frío suelo y te encaminaste directo a la puerta del baño, pero antes de salir volviste tu cabeza a tu novio el cual seguía sentado en aquella incómoda superficie.

-La próxima vez tienes que tener más cuidado con los cristales, no puedes chocar cada vez que quieras darte un baño.

Él solo asintió y lo dejaste solo para que pudiese darse el baño que quería desde un principio, pero esta vez no estamparía su cara contra aquella puerta trasparente... Al menos eso esperabas, desde el fondo de tu corazón. Comenzabas a pensar que fue una gran idea el reforzar todas las ventanas y cristales de la casa a espaldas del más alto, todo pensando en situaciones como las del día de hoy.

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Espero que les haya gustado <3

-Kuyo