Epílogo

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Miami, Florida.

Camila suspiró en apreciación, al ver la foto de sus mellizos colgada en la sala de su casa. Nina miraba a la cámara con sus bellos ojos esmeralda, mientras que Karl, tan distraído como siempre, las observaba a ellas, quienes señalaban hilarantemente hacia dónde debía voltear, más sin embargo, por más intentos que hicieron sus ojos chocolate jamás dejaron los de ellas.

Soltó una pequeña risa al recordar el momento tan vivido, en ese entonces sus mellizos con seis meses, ahora con cuatro años, era un torbellino en la casa, pero sin duda su más grande felicidad.

-"Otra vez, viendo la foto" Mencionó Lauren interrumpiendo sus pensamientos, la ojiverde se abrazo a su espalda, mientras su cabeza estaba por encima del hombro de la castaña, observando con cariño la imagen.

-"Es que amo a nuestros lobitos" Respondió Camila, aunque de lobitos solo les había quedado el apodo cariñoso. -"Por cierto amor, Nina insiste en ir a clases de natación. Papá dijo que hoy pasaba por ella, claro a reservá de lo que tu opines" Le comentaba Lauren, haciendo mención a su padre.

Y hablando de sus padres, después de que los mellizos nacieran se habían quedado un mes más en Dublín, para después viajar hasta Nueva York y reunirse con los padres de la ojiverde y Normani, su mejor amiga. Lauren recordaba con gracia, la sorpresa que se llevaron los tres al conocer a sus pequeños, los padres de Lauren al principio se molestaron mucho pero al ver a aquellas cabezitas castañas y cachetes regordetes, no pudieron negarse a sus encantos, mientras Normani tenían un gran estado de shock, pero pronto pidio ser madrina de ambos, a cambio de su perdón. Ambas mujeres no se pudieron negar.

Tanto a Mike, a Clara y a Normani, les habían dicho que había sido parte de una inseminación artificial, jamás les digieron nada de las cosas sobrenaturales que habían vivido en esos meses, probablemente era más creíble eso, a lo que en verdad vivieron. Todos simepre pensarían que vivieron unas vacaciones idílicas, en las que decidieron ser madres.

Por otro lado, Moon-Law siguio siendo un clan unido, quizá más pequeño pero unido. Liderados por su nuevo Alpha, Edward Clay Gallaway y su inseparable Luna, Erin.

Quienes habían limado asperezas con el Clan del bosque, donde Ally seguía como Alpha, creando una gran alianza.

Tanto Edward y Ally mantenían contacto con la familia Cabello-Jauregui, incluso cada año en verano viajaban a Europa para que los mellizos convivieran con la tía Ally, y el tio Ed.

Por su parte, Camila jamás volvió a transitar a su parte lobuna, por algunas razon, el día del nacimiento de los mellizos había dejado de hacerlo, pero más sin embargo se sintió muy bien.

Era como si hubiese perdido algo, que nunca debió estar allí, en primer lugar.

Tiempo después Shondra le había explicado, que solo un alma pura podía romper el hechizo, y matar a la bestia, y esa alma pura había llegado en forma de dos, Nina y Karl.

Ese día tuvo que morir su parte pura de loba, para que el lobo negro también lo hiciera.

Ahora solo quedaba una pequeña cicatriz en el cuello de Lauren y Camila, allí, donde alguna vez estuvo la marca.

Más sin embargo, la manifestación física que las unía para siempre aparte de su inmenso amor, venía en forma de dos pequeños cuerpos con cabellos castaños, con mandíbula perfecta y perfil hermoso, uno con pequeños ojos marrones como Camila y la otra con ojos verde como Lauren.

Lo cierto es que Nina era la única que había sacado algo de Lauren, porque ambos mellizos eran una copia casi exacta de Camila, y eso traía tanta felicidad a la vida de Lauren.

-"Probablemente sea hora de que los dos aprendan a nadar, más en un lugar como Miami" Respondió por fin Camila, había estado renuente a las clases de natación, tenía miedo de que sus bebés tuvieran problemas, pero Mike se había ofrecido a no despegarse de la alberca mientras estos estuvieran en clase.

Y Camila lo sabía, Clara y Mike cuidarían a sus pequeños con su vida, como ella.

Y por otro lado, viviendo en Miami tendrían mucho contacto con agua, y mar así que era la mejor decisión.

Lauren y Camila habían decido cambiarse a Florida, donde Lauren había crecido y donde sus padres aún vivían, la ojiverde había abierto un pequeño estudio fotográfico donde seguía ejerciendo, mientras que el de Nueva York, lo había traspasado a Normani.

Camila por su parte ayudaba con la administración del lugar, trabajando desde casa para estar al pendiente de los mellizos.

-"SIII!!" Gritaron los mellizos a la vez, quienes se escondían tras la puerta escuchado la conversación, Camila negó con la cabeza, pero igual se agachó con una sonrisa a recibir a sus lobitos.

Lauren rio ante esa mala manía que tenían los niños, de escuchar tras la puerta.

-"Muchas gracias mami Camz, juro que tanto Nina como yo aprenderemos muy bien" Dijo solemnemente Karl viendo a Camila, quien asintió enternecida, Nina por su parte sacó la lengua a su hermano por lo serio y formal que siempre era.

-"Nina" Lauren advirtió.

La ojiverde pequeña sólo sonrió con esa cara que derretia a sus madres, Lauren sólo puso los ojos en blanco, sabiendo que no podía con esa nena.

-"OK. Solo no molestes a tu hermano" Llamó la atención mientras la cargaba. Camila hizo lo propio con Karl.

-"Las amamos mamis" Dijo con emoción Nina, abrazando por la cabeza a sus dos madres, haciendo que se juntaran en un abrazo.

-"Si cierto" Ahora era el turno de Karl, quien siempre le seguía la corriente a su hermana, ambas mujeres rieron y llenaron de besos a sus mellizos, quienes reían incontrolablemente ante los mimos.

Camila y Lauren se vieron a los ojos mientras los niños recuperaban la compostura con las mejillas rosas.

Lauren pronuncio un 'te amo' silencioso, siendo correspondida por un 'te amo más' de Camila en el mismo tono.

Sabiendo allí, que habían alcanzado la más grande felicidad al ver el amor que se tenían, pero sobre todo viendo las inmensas sonrisas de leche de sus pequeños tesoros.

Camila y Lauren estaban convencidas que serían felices mientras siguieran las leyes que sus corazones dictarán.

***

Los amo bye.

Quería hacer un capítulo extra, pero no quisiera amargar este bello final, así que quizá en un futuro lejano para nuevas lectoras.

Moon-Law: La ley de la Luna. Vol. IV CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora