Ella te gusta más que yo...
Formamos nuestro amor trágico, fuimos tejiendo las heridas y al final no resultó bien..
- Los brezos me dan nostalgia, se ven solitarios cuando no estamos junto a ellos, ¿No cree lo mismo Hyung?.
- Heather.
- ¿Heather...
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Las pisadas del menor se escucharon por toda la casa, su pequeña risa llenó toda la cocina donde su madre se encontraba cocinando, entro y abrazó su pierna tratando de ganarse su atención; la cual nunca estaba presente en el.
— Por dios, Taehyun. Hazte a un lado, no me dejas cocinar.
— Mamá, ¿BeomGyu Hyung puede venir a la casa?, queremos jugar mucho, por favor.
Su mamá soltó un bufido desesperado, tomó las manos de su hijo y lo apartó de un solo jalón, desvió la mirada de él y siguió en sus cosas.
— Mamá.
— Diablos, Taehyun, estoy ocupada — lo miro enojada, su rostro lleno de harina y con cara cansada — Te he dicho que aquel niño granjero o no sé qué es, no me gusta que esté junto a ti, no es ni siquiera de nuestra clase. Deberíamos estar en categorías, el no es de nuestra categoría.
El pequeño niño bajo la cabeza intentando controlar el pequeño puchero que estaba comenzando a crecer en sus labios, pero fue inútil, siempre terminaba con ese estupido puchero, bueno, así lo llamaba su mamá.
— Basta de hacer eso Taehyun, estoy harta que siempre hagas ese estupido puchero, no puedo decirte a todo si.
— Mamá, pero solo será por hoy.
Minyeon lo miro molesta, señaló las escaleras dándole a entender que subiera y la dejara sola, Taehyun se dio media vuelta con tristeza y subió hasta su habitación, cerró la puerta y corrió hasta su ventana, esperaría a que BeomGyu llegara a su casa para decirle que aquellos planes que habían hecho desde hace ya una semana sería cancelados, nuevamente... Los minutos pasaron y aquel chico de cabellos castaños seguía mirando por todos lados esperando a que su amigo de unos dos años mayor que él hiciera su aparición y así lo hizo, apareció con aquella sonrisa brillante, miro hacia el pequeño balcón del pequeño y movió su mano en forma de saludo.
— Taehyun.
— Hyung, debe irse, no será posible poder vernos.
— ¿Hoy tampoco se pudo? — su voz salió en un hilo doloroso.
TaeHyun negó con tristeza, ya había perdido la cuenta de las veces en la que su mamá le había prohibido ver aquel chico de buen corazón, que se estaba comenzando a robar todos sus suspiros y pensamientos.
— ¿Y cuando será posible vernos?, mamá dice que desea verte, está muy enferma, Taehyunnie.
— Pronto, lo prometo Hyung. Pero no podré salir hasta que mamá me deje ir.
Un pequeño silencio de decepción se hizo presente, mientras ambos chicos aún se miraban, eran pequeños pero sabían más que una persona mayor, sabían diferenciar entre cosas malas y buenas, y lo que sentían el uno por el otro, era la cosa más buena que les había sucedido en ese largo año que llevaban siendo amigos, amigos que solo podían hablarse desde un balcón o en aquel árbol viejo después de la escuela.