Capítulo 4

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― ¡Ah! ― Grito cuando llego al clímax. Nay sale de mi interior y se acomoda los pantalones.

― Entonces vivirá contigo ― Dice mientras me organizo la falda.

― Si, ¿Tienes algún problema? ― Lo miro a los ojos y él sonríe de lado.

― La verdad si... Tengo un grave problema ― Se acerca y me sostiene del mentón ― ¿Tengo que preocuparme?

― ¿De qué hablas? ― Sonrío.

― Sabes de lo que hablo ― Hace que lo mire a los ojos.

― Nay aquí no hay una relación ― Nos señaló a ambos ― Tú eres libre de hacer lo que quieras al igual que yo ― Le doy un beso en la barbilla ― Necesito que lo tengas claro ― Me aparto.

― Lo tengo claro ― Se abotona la bata

― No pareciera ― Ladeo la cabeza y lo analizo. Él sabe perfectamente que no tengo la edad que aparento tener, pero tampoco sabe cuántos tengo en realidad.

Una vez le pregunte si eso lo traumaba y me dijo que no que por el contrario, lo excitaba. Es un chico extraño, pero no me puedo quejar porque folla bien.

Me mira fijamente a los ojos y se que hay algo ahí. Conozco esa mirada, pero no puedo corresponderle... Simplemente no puedo.

― Te veo en el laboratorio ― Pasa por mi lado y escucho la puerta cerrarse.

Se supone que lo utilizaría para distraerme, pero me siento más ansiosa que antes.

Estaba a punto de salir por la puerta cuando esta se abrió mostrándome a Joseph.

― ¿Tienes tiempo?

― No ― Ignora lo que le digo y sigue como si estuviera en su oficina sentándose en mi silla ― ¿Estás sordo o es que la vejez te está afectando? ― Me cruzo de brazos y él suelta una carcajada.

― Que graciosa ― Mueve las manos sobre el escritorio ― Supe que Angros está registrándose para ser un ciudadano de la división ― No hay nada que el régimen no sepa. Se enteran de todo.

― Si, bueno. Me pareció lo mejor ― Sigo cruzada de brazos mirándolo.

― Esta bien. No me molesta ― Se recuesta en la silla ― Necesito que lo tengas vigilado. Sigue siendo un extraño ― También odio que pensemos igual. Se que tiene las mismas dudas que yo. No tiene un pelo de tonto.

― Bien ― Asiento ― Tengo que irme. Ayer iniciamos con las pruebas ― Doy la vuelta para irme, pero vuelvo a escuchar su voz.

― ¿Cómo van con eso? ― Pregunta.

― Cuando tenga algo te avisaré ― Se pone de pie y se arregla el traje.

― No me defraudes ― Sale por la puerta y me quedo mirando cualquier punto fijo.

El poder, el maldito poder que carcome a las personas. Respiro profundo y voy al laboratorio.

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Horas después me siento aliviada pero no tanto. Aún queda mucho por hacer, pero hasta el momento las cosas han ido bastante bien.

Inicio con la fase dos y me acerco al reptil. Hace un movimiento involuntario y me sobresalto de imprevisto. Esta sedado, pero a cada nada se mueve poniéndome más nerviosa.

― Aquí estás ― Plus entra en el laboratorio y ruedo los ojos. No puedo enojarme con él, es el único que tiene permitido interrumpirme.

― ¿Qué pasa? ― Veo que Angros viene detrás y actuó como si lo que estuviera haciendo fuera lo mas normal del mundo.

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