Mirror ➺ NoSung/JaeSung

O4

A Jisung no le gustó para nada estar en la "comodidad" de su casa otra vez, no con aquella sensación de que alguien lo vigilaba arrastrandose dentro de su piel.

Definitivamente prefería quedarse en casa de Kun, pero ambos eran adultos, Qian un médico profesional y su trabajo ya le pedía mucho de por si, el menor no podía ser egoísta (aunque lo quería.)

Lo primero que hizo al llegar fue cubrir con un mantel o sábana los espejos en el recinto, cuando estuvo frente a esa antigüedad se quedo viendo por un tiempo su reflejo.

Entre la soledad que lo rodeaba en aquellas cuatro paredes y la falta de sueño Park empezaba a sentirse mal.

La viva imagen de su madre se reflecto en el cristal, se mostraba tal como el menor la recordaba antes de que se fuera de casa. Cabello negro hasta los hombros, maquijalle sutil, lo necesario para ocultar un poco el rastro del pasar del tiempo, y una sonrisa cálida.

Sus comisuras se levantaron inconscientemente, parpadeó y la mujer mayor ya no estaba ahí, en cambio justo atrás de la replica de Jisung había un chico de hebras carmesí.

Volteó con la idea de no habría nada a sus espaldas.

Se equivoco.

Por mucho.

Se quedo tieso, su sangre se heló y el aire dejo sus pulmones ¿ya perdió la cabeza? Seguramente.

Escéptico acerco su mano a la persona frente a él, sus dedos fueron entrelazados con los del contrario y su cuerpo fue tirado en su dirección.

Era real.

Él era real.

Lo que Jisung sentía era la textura de ropa y el tacto de una persona real. Empujo a la figura lejos de él.

—Mierda.- musitó bajo.

Debía salir de ahí.

Sin pensarlo dos veces intento correr hacía la puerta, cuando estuve frente a esta su cuerpo se sintió débil y colapso, si no fuera por un par de brazos detuvieron su caída hubiera desfallecido de cara al piso.

Se volvió difícil respirar con normalidad, su boca abierta intentando acaparar más oxígeno, sus dedos se enredaron en la tela de la camiseta del otro.

Una mano fría tomo su mentón, la temperatura diferente a la suya haciéndolo sentir peor, cerró sus ojos cuando el aliento del otro choco contra su oreja.

—Siempre fuiste mi espejo, para verme tenía que mirarte.

La voz aunque suave parecía que consumiría a Jisung si trataba de moverse, como la oscuridad tragándose todo cuando apagas las luces.

Su rostro fue acariciado con cuidado por dedos agraciados, el tacto no hacía nada para mejorar su situación.

Su labio inferior tembló al intentar vociferar algo, cualquier cosa, pero todo por ser salvado de ahí.

Jisung vio los ojos negros del desconocido, no percibía nada, nada, se suponían que los ojos eran la ventana al alma, pero los del contrario eran como un espejo en el cual solo podia verse a si mismo.

El aire se escapó de sus labios en un suspiro cuando hicieron contacto con los belfos del desconocido.

El departamento fue inundado por el campanar del reloj, Park ya no estaba frente a la puerta si no en el sofá, las manecillas del reloj apuntaban las 12:00 en punto de la noche.

El menor tenía un mal presentimiento.