Confuso

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[3]

Digamos que después de aquel beso la mente de YoonGi estaba confundida hasta la médula.

¿Por qué Jungkook lo había besado?

Su corazón latía sin sentido en su pecho y se sonrojaba como si aún fuera un joven virgen al cual le habían dado su primer beso.

Y es que justamente después del momento de aquel romántico beso Yoongi había salido corriendo del lugar dejando a Jungkook en medio de la pista.

Había llamado un taxi y se fue a casa sin contestar una sola llamada de Jungkook.

Así había pasado una semana en la que de en todas formas posibles, evitaba al hombre, ya ni siquiera quedándose tarde en el trabajo.

- Joven YoonGi ¿se siente usted bien? - La sirvienta había entrado a si habitación antes de que el durmiera para dejarle una infusión de hierbas que calmara sus nervios.

YoonGi asintió calmando sus acaloradas mejillas que después del recuerdo del beso de habían vuelto a sonrojar.

- Bien joven YoonGi yo me retiro entonces - Habló la jovencita y salió de su cuarto dejándolo allí bebiendo del contenido caliente de la taza sentado en su sillón.

Su madre le había aconsejado tomar aquello, ya que en los últimos días no había podido dormir bien a causa del estrés, así que pidió la infusión a una de las criadas.

Cuando ya había terminado el contenido de la taza decidió meterse a la cama y apagar las luces.

Logró al fin quedarse dormido...

<<<°>>>

YoonGi besaba los labios de su amante de manera casi hambrienta y a la vez lujuriosa.

Enredaban sus lenguas de manera sucia y llena de placer.

Extrañamente estaban en una ducha de estilo rústico, madera de pino dejando rendijas por donde el sol del atardecer hacia escapar sus rayos dorados logrando iluminar tenuemente el lugar y el agua caía sobre ellos, tibia sin ser fría ni caliente, simplemente se besaban, desnudos sin prisa más que la de adorar sus cuerpos uno con el otro.

- Me has echo desear algo más que ningún hombre dulce ángel - Su voz ronca mientras besaba y chupaba sus pezones le hizo jadear mientras sus finos dedos jugaban con los azabaches mechones de cabello que eran empapados por la cálida agua.

Nisiquiera prestó atención a sus palabras pero el hombre tampoco continúo y simplemente siguieron explorando sus cuerpos.

Pero pronto la puerta de madera de aquel extraño lugar lentamente se abrió y la luz cegó a YoonGi.

De pronto todo estaba en llamas, llamas de color dorado que quemaban todo a su alrededor mientras que el vapor del agua jugaba seductoramente con la piel blanquecina del rubio.

Su amado no se encontraba por ningún lado y las llamas comenzaban a extenderse hacia las tablas del techo haciendo que el ambiente se volviera más caliente en segundos.

YoonGi salió corriendo sin importarle que estuviera desnudo, su piel aún tocada por el vapor cálido de la ducha lo hacían ver cómo un ángel que se había escapado de una nube.

Cuando salió se encontró a su mismo en un bosque, los árboles altos y sus hojas daban pasos a rayos de sol que evitaban sentir el frío.

Aphrodite's Club [Kookgi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora