Capítulo 8: Vuelven Paige y Brooke/Emergencia Hospitalaria.

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A la mañana siguiente despertamos y bajamos juntas a desayunar. Mi mamá no se encontraba en casa, por lo que supuse había salido temprano a trabajar. Entonces April aparece frente a nosotras dándonos un buen susto.

"Buenos días, chicas".

—¡April! Estás aquí frente a nosotras, como la vez pasada—Mencioné.

"Estoy en modo aparición, así podrán verme, pero, yo vino a traerles a Paige y a Brooke".

Dicho esto, se abre un portal o algo parecido, y de ahí salen Paige y Brooke sanas y salvas—. ¡Hola!—Saludan ambas.

—¡Volvieron!—Gritamos todas alegres corriendo a abrazarlas.

"Sí. Ya estarán seguras".

—Gracias por todo, April—Agracedí sinceramente.

"Por nada".

Nuestro desayuno siguió normal, hasta que me di cuenta que mi hermana no se encontraba con nosotras. Salí de la cocina a ver a dónde podría haber ido y sucedió. Escuché su grito y me dirigí al pie de la escalera para verla ahí tumbada. Las demás chicas parecieron haberlo escuchado también porque se me acercaron con rapidez—¡Kenzie! ¡Háblame!—Exclamé mientras me arrodillaba a su lado.

—Lo siento, Maddie. Bajé corriendo—Fue lo único que pudo decir, porque luego se desmayó.

No sabíamos qué hacer y estábamos totalmente asustadas. Le dije a Brooke que llamara por teléfono a mi mamá, pero no pareció ser necesario, ya que ella entró por la puerta principal hecha una furia y al vernos a todas ahí, centró su vista en Mackenzie y su expresión cambió rotundamente acercándose a gran velocidad a donde nos encontrábamos—. ¿Qué le pasó a Mackenzie?—Preguntó agachándose a un lado.

—Se cayó de la escalera.

—¡Vámonos al hospital!—Cargó con cuidado a mi hermana y se paró para salir de la casa.

Hablé con mis amigas para que se quedasen en la casa mientras mi mamá y yo íbamos al hospital. Lo mejor no sería meterlas más en esto. Así fue como con todo y pijama, me subí de copiloto al auto de mi mamá, ya que Mackenzie iba acostada en la parte trasera. Mi mamá aceleró en dirección camino al hospital más cercano. En menos de 10 minutos nos encontrábamos entrando al mismo y los doctores al percatarse de nuestra presencia, buscaron una camilla en donde mi mamá colocó a Mackenzie y se la llevaron a emergencias. Así que a mi mamá y a mí nos tocó quedarnos en la sala de espera.

"Maddie, ella estará bien".

—¿Cómo es que estás aquí?—Susurré para que no me creyeran loca. Mi mamá estaba atendiendo una llamada en el pasillo. Si no era su jefe, quizás se trataba de nuestro padre.

"Siempre estaré contigo. Eres mi prima, después de todo".

—Cierto. ¿No nos harás más daño?

"Yo no pero..."

—¿Pero qué?—La interrumpí.

Un doctor se asomó en la sala de espera haciendo que le prestara completa atención y mi mamá se acercó guardando su celular en el bolso—. Los que vengan con Mackenzie Ziegler.

Automáticamente me levanté a un lado de mi mamá—. Les quiero informar que sufrió una grave fractura en un brazo y un fuerte golpe en la cabeza—Dijo.

—¿Estará bien?—Preguntó mi mamá.

—Sí, pero todavía deben esperar.

—¿Y eso por qué?—Pregunté ahora yo. Mi mamá me miró mal.

El doctor suspiró—. Ella se encuentra en coma.

Mi mamá y yo nos quedamos en shock, no podía ser verdad—. ¡No puede ser cierto!

—Tranquila, todo estará bien—Me dijo el doctor—. Está estable y aparte de la fractura, no tiene ningún otro problema. El golpe en la cabeza y la conmoción que le causó, es el responsable del coma—Informó—. Debería despertar pronto, es decir, no creo que tarde meses.

Mi mamá asintió y se dejó caer en la silla con una pesadez que hasta yo podía sentirla. El doctor no dijo más nada, simplemente nos deseó los buenos días y se fue a seguir con su trabajo. También nos había avisado que nos mantendría al tanto del estado de mi hermana.

Me alejé de la sala de espera y caminé por el pasillo. Estaba tranquila porque no le había pasado algo extremadamente grave, pero lo del coma no me hacía sentir mejor del todo.

—April ¿Estás?—La llamé. En el pasillo estaba apartada de las personas, sería más fácil hablar acá.

"Maddie, tienen que irse de esa casa." Fue lo primero que dijo.

—¿Cómo esperas que hagamos eso?—Pregunté—No llevamos ni una semana ahí y las cosas se han puesto de cabeza.

"Haré que transfieran a tu mamá nuevamente a Pittsburgh. Así seguirás bailando y estarás protegida en tu antigua casa".

—¿En serio?

"Lo prometo".

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