Capítulo 4

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Las dos mujeres se encontraban en la sala de estar. Alicia envolvía algunos regalos para su hija mientras Raquel estaba sentada en el piano mirando las teclas.

-¿Me estabas tomando fotos mientras comparaba el árbol?- Raquel se giró a mirarla.

-Lo siento, sé que debí preguntar.- dijo apenada.

-Está bien, no te disculpes.- le sonrió terminando de envolver otro regalo

-Es que tengo un amigo que me dice que debería concentrarme más en las personas.

-¿Y qué tal va eso?

-Pues me está gustando. Tu eres la primera.

-Que halago, señorita Raquel.- rio. La castaña comenzó a tocar una canción en el piano, Alicia se levantó del suelo y se acercó a la mujer, se puso detrás de ella y colocó sus manos en sus hombros- Es muy linda.- dijo Alicia.

-Gracias.- continuó tocando.

-¿Entonces quieres ser fotógrafa?- Alicia se puso frente a ella y esta asintió.

-Supongo que sí, si llegara a tener talento.- la mayor cogió una caja de cigarrillos y se sentó frente a Raquel.

-¿Me enseñarías tu trabajo?- preguntó luego de unos segundos de silencio.

-Claro. No he vendido nada ni le he enseñado a alguien que pudiera comprarla, ni siquiera tengo una buena cámara.- la miró- Las tengo en mi casa, debajo del lavabo.

-Invítame a tu casa.- la castaña asintió con alegría. Un silencio se creó y solo se miraban hasta que escucharon la puerta principal abrirse, Alicia fue a mirar llevándose una sorpresa- ¿Qué haces aquí, Germán?

-¿Solo puedo visitarte cuando hay un problema?- se quedó callada y la vista del hombre se poso en la castaña quién sonreía levemente sin mostrar los dientes e incomoda.

Habían pasado unos 20 minutos y Raquel solo escuchaba discusión entre ellos, estaban en la cocina y ella aún en la sala de estar. Solo escuchaba gritos de quién pasaría la navidad con Lana. En un momento Germán golpeo el mesón fuertemente asustando a ambas mujeres, salió de la cocina encontrándose con la castaña.

-¿Cómo conociste a mi esposa?- preguntó harto de la situación.

-¡Germán, por favor!- gritó Alicia saliendo de la cocina.

-Trabajo en…- la pelirroja no la dejó terminar.

-¡No tiene que darte explicación!- él se giró quedando frente a ella.

-Te la estas cogiendo.- lo afirmó provocando que Alicia le diera una cachetada. Él ya no dijo nada más y salió de la casa a esperar en el auto a su hija. Alicia suspiró.

-¿Te sientes bien? ¿Puedo ayudar en algo?

-No, tranquila.- fue a la habitación de la niña y prepararla para dejarla ir con su padre.

Alicia salió del auto luego de haberse despedido de su hija con besos, abrazos y lindas palabras, Germán la siguió antes de que pudiese entrar y la cogió de la cintura pegándola a su cuerpo y escondiendo su rostro en su cuello.

-Hueles tan bien.- dejó besos en la zona.

-Germán, estás ebrio.- trató de liberarse del agarre- Quiero entrar, tengo frío.

-Claro, por que allá te está esperando la zorrita esa. ¿Te la vas a coger en nuestra cama?- suspiro cansada del tema.

-¡Joder!- la soltó y ella se giró- Que sea la
última vez que me tocas, ¡Me das asco!- dicho esto entró a la casa. Raquel pudo ver todo eso y se sintió culpable.

-Debería pedir un taxi.- dijo Raquel al ver a la pelirroja entrar y coger la caja de cigarrillos que luego tiró al suelo al ver que estaba vacía- Puedo ir a comprarte unos si quie…

-¡No tienes que ir a comprarme una puta caja de cigarrillos, Raquel!- la miró arrepintiéndose de inmediato de su tono de voz- Hay un tren que sale en veinte minutos, te llevo a la estación.- dijo un poco más calmada.

En el camino se sentía mucha tensión. Raquel se sentía mal, no se salud, sentimentalmente se sentía fatal.

-Perdón por hablarte de esa forma.- se disculpó sin mirarla, Raquel no respondió y deseo llegar rápido a casa.

Ya en el tren, la castaña miraba a una pareja reír y darse cariño, esto por alguna razón la hizo recordar a Alicia y esa forma tan fea de hablarle cuando estaba tratando de ser amable. Raquel se permitió llorar, pues se sentía horrible.

Al llegar a su departamento, su teléfono fijo comenzó a timbrar, contestó quitándose el abrigo.

-¿Diga?

-Te traté horrible… ¿Me perdonas?

-Sí, está bien.

-Entonces podría… ¿visitarte mañana en la noche?- la tristeza de la castaña se esfumó ante esa propuesta.

-Claro…

-Bueno, descansa, adiós.

-Adiós, Alicia.- dicho esto colgaron.

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Esta vez si tengo escusa y es que tengo mucha tarea. El capítulo es corto por que quería subir algo ya, quiero hacer una maraton por que esto se exitiende a mas capitulos pero me demorare.

Baii.

ALICIA - RALICIA [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora