Rompecabeza

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Hace 1 año

Ya han pasado 5 años desde que Alex se alejó por completo

No se que pasó ese día en su casa

Pero de algo si estoy segura y es que cambio muchísimo. Ya no es ese muchacho carismático y sonriente que me dió la bienvenida a éste lugar, ni el que se tiraba desde el muelle hacia el lago gritándome

—Vamos Mikaela, el agua está buenísima

Su mamá ya ni sale de la casa, solo lo necesario, su padre un hombre bastante callado y serio solo lo veo cada mañana salir al trabajo.

Una familia convencional, no?

La semana siguiente que Alex me dejó parada en la entrada de su casa con la mente vuelta un nudo, deje de lado el orgullo y decidí volver nuevamente para invitarlo al lago, pero nunca me abrió la puerta, se volvió una rutina el que su mamá saliera a responderme todas las veces

—Lo siento cariño está ocupado será para la próxima— no hubo próxima

Lo invité al lago durante 1 año hasta que me cansé y decidí captar el mensaje que me dió ese día aléjate 

Así hice.

Empecé la universidad, estudiando derecho algo que siempre me llamó la atención y en lo que Alex me había apoyado mucho, él me animaba para que la estudiará y hace una semana comencé a hacerlo.

Ese lunes me sentía muy nerviosa, era mi primer día en la universidad y no conocía a nadie. Caminé por el pasillo mirando a cada lado y secando mis manos sudorosas mientras leía las puertas de las aulas para ver cuál coincidia con el papel que me entregó la rectora

—A1, creo que este es— digo intercambiando miradas inseguras entre la puerta y el papel que tengo en las manos para comprobar que sea el aula

Cuando estoy segura de lo que veo entro con el pulso a mil que hasta puedo escucharlo pero me detengo abruptamente por la sorpresa de encontrarme directamente con la mirada del profesor y todos los alumnos que ya estaban sentados, me sentí pequeña y apenada bajo la atención de todos

Había llegado tarde

—Buenos días, señorita...— el profesor deja la frase incompleta esperando a que le diga mi nombre

—Mi-Mikaela Duarte profesor, lo sien..— No termino mis apenadas disculpas ya que el profesor me interrumpe restándole importancia

—Tranquila Duarte, se lo dejaré pasar hoy porque es el primer día y usted es nueva por aquí, se le nota. Puede sentarse— dice mientras señala algún lugar por detrás del salón para que tome asiento

Paso por entre los alumnos para llegar a un pupitre vacío casi al final de todas las filas

La recluida. Yupii

Me quito el bolso y ruedo la silla haciendo un poco de ruido hasta sentarme, hago una mirada rápida a las personas que tengo a mi lado y me sorprendo al notar que la chica a mi derecha me está sonriendo y me extiende la mano

—Hola, Mikaela ¿No?— aceptó su saludo estrechando su mano y asiento lentamente sorprendida por su actitud tan confiada

—Mi nombre es Teresa Van Pelt— alzo una ceja pensando que su nombre es un poco raro

Ella nota mi desconcierto ya que agrega

—Si, lo sé. Mi nombre es algo raro— me sentí un poco mal por juzgar su nombre así que le devuelvo la sonrisa

Nuestro saludo es interrumpido por el profesor quien continúa con su clase

—Bueno podemos continuar presentandonos muchachos— me imagino que era lo que estaban haciendo antes de que yo los iluminará con mi presencia llegando tarde el primer dia

Que vergüenza

La clase continuo bastante normal o es lo que pienso, todos se presentaron incluyendome y me di cuenta que Teresa vive en la misma calle que yo; no se porque nunca ví una castaña tan llamativa con unos brillantes ojos negros por mi casa

Extraño, no?

El profesor nos hablo toda la mañana sobre cómo sería la carrera y las clases próximamente.

                                 🍀

Terminó la mañana y para ser sincera se me pasó la hora muy rápido, Teresa quiso acompañarme hasta la casa; en el camino me pareció una chica muy habladora y amigable, no dejo de hacerme preguntas sobre muchas cosas incluyendo el porque nunca me vio por aquí, eso no lo supe responder porque me hacía la misma pregunta así que solo me encogí de hombros como respuesta

Nos faltaba poco para llegar a la esquina de la calle y nos dimos cuenta que todos estaban afuera de sus casas nos pareció raro porque este es un lugar bastante tranquilo, las fechorías no pasaban de robos así que eso fue lo que nos imaginamos

Habían robado

Aceleramos el paso cuando empezamos a escuchar sirenas de ambulancias, cruzamos la esquina y al ver la escena completa me paralicé, me quedé con la mirada fija en la casa alfrente de la mía dónde los policías estaban esposando a un muchacho y llevándolo a la patrulla. Ese muchacho era Alex, verlo así me causo una presión en el pecho y una preocupación palpable. Yo seguía petrificada en la esquina, Teresa ya se había ido a su casa, seguramente ha preguntar que fue lo que pasó.

La patrulla me pasó por un lado y lo ví, con la cabeza gacha y sin expresión alguna. Mi corazón dió un vuelco y lo único que hice fue correr hacía mi casa, al entrar escucho a mi mamá llorando, la busco y le pregunto que fue lo que pasó, y ni en un millón de años hubiese imaginado su respuesta la cuál me dejó más atónita y preocupada de lo que estaba

—Alex mató a sus padres— me lo dijo con lágrimas en los ojos y una expresión de dolor, ella y la Señora Carmen se la llevaban muy bien apesar de todo.

No creí lo que dijo, me negué a hacerlo. Mis piernas flaquean mientras niego frenéticamente con la cabeza como si estuviera tratando de parar un sufrimiento intenso dentro mi cabeza, pero lo único que podía pensar era:

—Él no pudo hacer eso ¡NO!— salí de la casa con la mente y los ojos nublados por la impotencia y a paso firme camine a la casa de Alex, pero no me dejaron entrar.

Necesitaba respuestas pero nadie me las dió

Me quedé sentada en la entrada de mi casa observando a la nada, quería ordenar mis pensamientos y emociones, muy en el fondo sabía que Alex no había sido el culpable, mi mente se iba una y otra vez a la escena que me había tocado presenciar; Alex siendo esposado y llevado en aquella patrulla, habían cosas que no encajaban, su cabeza agachada y su rostro sin expresión me hacian dudar mucho más de su culpabilidad, pero cuanto más pensaba en esto e intentaba ordenarlo faltando tantas piezas, sentía un nudo en mi estómago y las ganas imperiozas de salir corriendo.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que cuando volví al presente habían pasado aproximadamente cuatro horas desde que se habían llevado esposado a Alex y comenzaba a anochecer. Su casa estaba restringida con cintas amarillas. Lo único que pude averiguar es que el caso se cerró apenas recibieron la confesión de Alex. Pero yo me seguía negando a creer que el lo había hecho, me dolía la cabeza de tanto pensar, no me imaginaba a ese chico en una celda mucho menos siendo un asesino.

Tenía demasiadas dudas aún y sabía que a una simple chica como yo bajita y Pelirroja con los ojos de un color extraño que solo era una vecina no les darían las respuestas a esas interrogantes en su mente, así que decidí buscar las respuestas yo misma sin importar a dónde me llevarán,  sabía que él era completamente inocente y que su supuesta confesión era por otra razón.

Estará encubriendo algo? O alguien?

Mi peligrosa aventura siendo una falsa detective entrometida comenzó ese mismo día, y no sabía en lo que me estaba metiendo aunque si lo hubiese sabido no me importaría, iba a probar la inocencia de ese chico y el porque se alejo de mi y de todos, algo estaba raro y yo lo iba a averiguar costara lo que costará. Ah si, cuando me meto ideas en la cabeza sueno un poco a superhéroe empezando su heroísmo, ya se acostumbrarán

Bajo las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora