La cabaña

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Alex

Me quedé dormido tratando de imaginar mi vida diferente y en lo profundo de mi mente escucho a alguien decir mi nombre repetidas veces, abro los ojos lentamente encontrandome con una melena desordenada como el color del fuego

Es Mikaela

Trata de decirme algo, pero solo veo sus labios moviendose sin articular sonidos, la ignoro volviendo a cerrar mis ojos queriendo recuperar el sueño y antes de poder hacerlo mi acto es interrumpido por un fuerte impacto en mi mejilla izquierda, abro los ojos como platos totalmente sorprendido por aquello y en reflejo pongo una mano en mi mejilla mientras siento como me arde con el contacto.

Me cacheteo

—Por qué hiciste eso?— trato de buscar explicación porque a mí parecer eso fue innecesario

—No me estabas prestando atención— se encoge de hombros restándole importancia a su acto de violencia mientras yo la sigo viendo incrédulamente

—Además ya llegamos al lago

Miro al frente a través del cristal del parabrisas bajando mi mano de la mejilla dejando el ardor en segundo plano y concentrándome en el hermoso paisaje ante mis ojos. Me bajo del auto y siento la brisa fría de la noche chocar contra mí, eso no impide que siga totalmente embelesado.

Está tal cual como lo recordaba

Sus pinos altos adornando la orilla siguiendo un perfecto orden, sus aguas calmadas que solo se mueven con la leve brisa provocando pequeñas ondas hacia la orilla que hacen un sonido cautivador, y, el muelle justo en el mismo lugar intacto e impecable como siempre con sus tablas de color claro metidas en el lago pero sin ser hundidas por él. Regreso la mirada a Mikaela que está justo a mi lado y me sorprendo al encontrarme con sus ojos grises

Me estaba viendo

En sus labios una sonrisa dejo una huella como una sombra en la oscuridad

—Desde cuando no venías?

—Hace 6 años— la escucho suspirar porque sigue recordando ese día

—Alex puedo preguntarte algo?— asiento en afirmación

—Quiero recuperar a ese chico carismático que se lanzaba del muelle como si no le temiera a nada, quiero regrese. Crees que pueda?— La miro perplejo sin respuesta alguna porque yo mismo no se si ese chico regresará

—Vamos, la cabaña está por aquí— Ignoro completamente su pregunta remojando mis labios secos y tratando de calmar la presión que azota en mi pecho ¿Qué significa?

¿Culpa?
¿Arrepentimiento?
¿Lástima?
¿Dolor?

No lo sé

Mikaela me mirá confundida hasta que baja la cabeza comprendiendo mi respuesta, la que no le dí. Me sigue, sin decir más nada. Caminamos pasando el muelle para adentranos en el bosque, trato de buscar con la mirada árboles donde hubiera marcas que yo mismo hice para no olvidar el camino, consigo la primera marca en un pequeño árbol como de mi estatura, cuando la hice seguramente creí que era el árbol más grande del mundo, paso la mano por encima de la corteza para verificar la marca

—Siempre me pregunté porque Tréboles— los tréboles fueron las marcas que hice en los árboles como en forma de camino

Tréboles de 4 hojas

—Es como un símbolo familiar, mi mamá tenía el jardín repleto de ellos y mi papá siempre se quejaba porque entraba a la casa trayendoselos pegados en el pantalón— sonrió con nostalgia apartando el recuerdo hacia lo más profundo de mi mente

Bajo las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora