El niño que domó el viento

0 0 0
                                    

Áspera tierra era, la del eterno olvido

de océanos secos y abandonados

donde creció el niño

que intentó y lo hizo.

Ciego era el corazón

de aquel que no confió

en el niño que luz vio

antes que el gallo, y despertó.

En su mirada había sabiduría,

y en sus ojos guardaba el cielo.

Dócil y despierto era

el niño que domó el viento.

Poesía estertianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora