Áspera tierra era, la del eterno olvido
de océanos secos y abandonados
donde creció el niño
que intentó y lo hizo.
Ciego era el corazón
de aquel que no confió
en el niño que luz vio
antes que el gallo, y despertó.
En su mirada había sabiduría,
y en sus ojos guardaba el cielo.
Dócil y despierto era
el niño que domó el viento.
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Poesía estertiana
PoetryEntonces me dijo, solo escribí lo que vi, pensé y sentí. Yo le dije que eso era todo, que la poesía era la ciencia del vivir.