Capítulo 15 - Impacto profundo

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La situación era caótica adentro. La gente que había logrado escapar de los Z se fueron a sus casas, lo cual por obvias razones no les funcionó por mucho tiempo. Era una horda gigante, y las habilidades de supervivencia de muchos de los habitantes no era la mejor ni la adecuada. Tan sólo en ése instante, alcanzaron a morir muchas familias. Niños y niñas, ancianos, papás y madres, gente que creía que vivir tras unos muros sería más seguro que estar afuera. Su sueño e intento de vivir de manera normal, llegó hasta ahí.

Laura, Alex, Nicholas, Chloe y Emma, se encontraban refugiándose en un edificio, más concretamente en un sótano del ya mencionado. Emma comenzó a entrar en desespero al escuchar que de afuera se oían gritos, e intentó salir a ayudar, pero los chicos no se lo permitieron. Chloe, aunque se mostraba cruda y valiente, por dentro tenía miedo, y no sólo de quizás ella poder morir ése día, sino miedo de no poder volver a gente que aún sin decirlo, le importaba. Laura se sentía culpable, e ignoraba gran parte de lo que estaba pasando, y decía que si algo le pasaba a Miguel iba a ser su culpa, pero Alex la calmaba, diciéndole que nada de eso era su culpa. Agregó que si a Miguel le pasaba algo, iba a ser completamente culpa de él, según Alex, porque si tan sólo no se hubiera querido hacer el héroe, seguramente estaría con ellos.

Alex jugaba con la mente de Laura desde hacía mucho, pero ella lo permitía, se dejó envenenar, y quizás si llegase a querer reaccionar, va a ser demasiado tarde. En medio de todo, permitirse sentir ese tipo de cosas, era un privilegio. En medio de tanto, estaban viviendo su casi finalizada adolescencia como chicos cualquiera, con sus dramas, lo cual no sería ni siquiera posible de pensar en un mundo amenazado por zombies.

Los Z ya estaban en cada rincón de la comunidad, lo cual le complicaba las cosas a aquellos que seguían vivos. Emma, en medio del pánico que vivía, recordó que Briana seguía en el hospital, por lo que sí o sí iba a ir. Se soltó de Chloe, abrió la compuerta, y salió del sótano.

-Tengo que ir, y lo sabes... -Exclamó Emma mientras miraba a su hermana, quien se encontraba con rostro de preocupación aún en el sótano-. Es Briana, es parte de la familia.

-Mierda, mierda, debo de acompañarla. -Dijo para sí Chloe-.

-Oye, oye, no, afuera las cosas son inciertas. Incluso Briana puede haber muerto ya. No vale la pena. -Le dijo Alex a Chloe, agarrándola del brazo-.

-Suéltame el puto brazo. Si voy a morir prefiero hacerlo intentando salvar la vida de alguien más, y no quedarme escondido aún teniendo a alguien invisible para los Z que puede ayudar. -Respondió Chloe alterada, refiriéndose claramente a Laura-.

Y así fue, la chica de ojos azules salió del sótano, directo a acompañar a su hermana. Para su probable suerte, cuando Chloe dio vuelta en una esquina para ir al hospital, se topó con 3 Z, pero no le hicieron nada, simplemente pasaron de ella, como si no estuviese ahí. ¿Qué carajos acaba de pasar?, se preguntó ella.

-Chloe... -Le susurró una voz que venía de su espalda-.

La chica volteó, y fue hasta entonces que supo que los Z habían pasado de ella debido a la presencia de Miguel y Riley. -¿Qué haces aquí?, deberías de estar resguardada, mira esto. -Señaló Riley-.

-Miguel lo sabe. Briana está en el hospital y necesita ayuda. -Respondió de manera seca la chica-.

El chico recordó eso, por lo que sin decir una sola palabra, corrió en dirección al hospital. La cantidad de Z era impresionante. En ciertas partes se acumulaban más e impedían el paso. Los Desalmados e Involutarios se podían contar con los dedos de las manos, pero los Z a los que estamos acostumbrados, no. Miguel pudo llegar por fin sin contratiempos al hospital, y este se encontraba a simple vista, solo. Entró en la edificación, y caminó 5 metros en dirección de las escaleras. Mientras las subía, pudo escuchar que en las mismas habían un par de Z, así que siguió el sonido, y eso lo llevó al último piso, donde se encontraban los infectados.

Emma no se veía por ningún lado. Los Z que había hecho el ruido aparecieron. Miguel lo supo de inmediato. Eran los que horas atrás estaban en las camillas, aún sin convertirse. El chico sacó su cuchillo, y se dispuso a eliminarlos, pero de las escaleras, atrás de él, apareció un niño de más o menos 10 años, quien preguntó por su mamá.

-Estaba aquí esta mañana, me prometió que volvería. -Exclamó el niño entre sollozos-.

-Oye, oye, tu mamá no está aquí. -Dijo el chico, quien por cierto, no sabía tratar con niños-. Seguramente la trasladaron cuando todo empezó.

-No... -Pronunció el niño, mientras señalaba a un Z que se encontraba atrás de Miguel, a un par de metros-. Es ella... mami... -Dijo, mientras corría en dirección a la madre, con la inocencia de creer que seguía con vida.

Miguel lo detuvo antes del niño ser devorado. -Oye, no, no... quisiera saber cómo decírtelo, pero no hay tiempo, y...

-Murió, se convirtió, lo sé. -Respondió de manera normal el niño-. Quiero estar a su lado, es sólo eso. -Exclamó por última vez el niño, quien aprovechó la amabilidad de Miguel, y clavó un cuchillo que sostenía en la pierna del ya mencionado, dejándolo sin poder moverse-.

Pero eso no fue lo peor. Ver cómo el niño corrió en busca de la madre ya convertida, y ver que el Z le arrancó un pedazo de cara al niño, eso fue lo peor. Miguel tuvo que ver cómo otra vida se le escapaba entre sus manos. Se quitó el cuchillo que apenas si había sido clavado con un inmenso dolor, pero con una herida para nada mortal, se paró del suelo, y con ése mismo cuchillo eliminó a los Z que caminaban en el pasillo. Lo mismo hizo con el niño, sólo que a él le dijo: "Sé libre...", y clavó el cuchillo en su cabeza.

Emma apareció, y con cara de sorprendida miró a Miguel, y le dijo que era hora. El chico caminó entonces hasta donde se encontraba Briana y Emma. -No puede esperar más, tiene que ser ahora o morirá. -Exclamó la chica de cabellos rubios-.

-Su rostro... -Dijo sorprendido Miguel-, es diferente, su color ha cambiado.

-No tenemos tiempo. -Repetía Emma-.

La chica agarró lo que necesitaba, y sin pensarlo comenzó con el proceso. -¿Y si no funciona? -Preguntó inquieto Miguel-.

-Tiene que, carajo Miguel, tiene que funcionar. -Dijo estresada la chica-. Se supone que el proceso de convertirse en Z va a ir disminuyendo en cuanto tu sangre entre en contacto con su cerebro.

-No entiendo una mierda. -Respondió el chico que comenzaba a marearse-.

-El proceso es rápido, no debería de... -Exclamó Emma, quien fue interrumpida por unas convulsiones en Briana-.

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The Infection II: En busca de un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora