only ethan goes to heaven

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El silencio reina en la sala de estar. Ninguno de los dos se ha atrevido a preguntarse lo inevitable.

Él habría querido acercarse a ella, abrazarla y consolarla. Decirle que todo iba a estar bien, que daría lo mejor de sí, que no tuviera miedo, que podía hacerlo, que...

Pero la mirada ausente de Everly le dejaba en claro que eso no era lo que quería escuchar. No quería tenerlo cerca, más específicamente. Hacía dos horas que miraban fijamente la prueba sobre el mueble, el resultado revelado después de la larga e intrigante espera.

"Positivo"

Eso no podía estar pasando. No en el que debería ser el mejor momento de su vida. Estaba a punto de irse a la universidad, iba a iniciar una vida en Mánchester, iba a pasarla al lado de su perfecto y correcto novio.

Pero en un abrir y cerrar de ojos, la ilusión se había esfumado. Ahora solo existía un abismo, lleno de miedo y desesperanza para ella. ¿Cómo había llegado hasta ahí?

¿Sería posible que... se lo mereciera?

Había un tercero entre ellos, que definitivamente no se lo merecía.

Stan la observa, guardando silencio, temiendo abrir la boca y mandarlo todo a la misma mierda, si es que no estaban ahí todavía. Se pasa las manos por el pelo, angustiado. Asustado. Sintiendo casi lo mismo que ella.

Sin embargo, había una cuestión que él todavía no se atrevía a preguntar, y posiblemente era la que más le comía la mente: ¿Era suyo o de Tomlinson? Para uno, la cuestión podía resolverse a simple vista, de haber tenido sexo con Louis, Everly jamás habría acudido a Stan. Habría sido su golpe final, el sello que aseguraría a la porrista de por vida. Un bebé entre ellos, ¿Qué más daba si eran jóvenes? ¿Qué podía importar, siendo Louis un chico tan asegurado? ¿Tan prometedor?

Pero había más de por medio que desenmascarar a Everly y su nula intimidad con su novio. Como principal obstáculo, se encontraban sus sueños y aspiraciones, y por otro lado...

—¿Qué haremos?—dice, harto de seguir ausentes— Digo... ¿Qué quieres...?

Everly frunce el ceño, sin comprender muy bien qué ha dicho.

—¿Qué?

Stan traga saliva, notablemente intimidado.

—¿Qué quieres hacer?—pregunta, nuevamente—. Quiero decir... Tenemos opciones.

Ella suelta una risa, irónica. Stan siente las piernas temblar.

—¿Opciones?—dice, incrédula— ¿Qué opciones se te vienen a la mente? Estás de coña... Sabía que eras idiota, pero no entendía a qué grado.

Herido, Stan se irgue.

—Esto no es culpa de uno solo, Everly—le recuerda—. Es una simple pregunta, ¿Quieres tenerlo o quieres...?—se corta, incapaz de completar la frase. Incapaz de pensar en la pesadilla.

Everly pasa una mano por su rostro.

—Quiero ir a Mánchester. Quiero hacer mil cosas—se lamenta—. Y esto no me dejará hacerlo.

—Es un bebé, Everly.

—¡Es un accidente!—rectifica— Porque al parecer, soy igual de idiota que tú. O quizá más, por haberme involucrado contigo.

Stan ignora lo dicho, pero no dejará que su opinión pase por alto. Ese también es su bebé.

—Escucha—empieza a decir—. Yo sé que no soy un trofeo, eso malditamente lo sé. Pero puedo hacer esto. Puedo prometerte que nada faltará a ti y a nuestro bebé. Puedes-Podemos tenerlo.

only gays go to heaven | l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora