Había una pequeña historia, una que hablaba de un hilo rojo y almas gemelas; una que decía que por más que ese hilo se enredará, por más que estuvieran lejos, ambas personas destinadas: almas gemelas se encontrarían.
" ¿Y tú crees en las almas geme...
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Capítulo IV: Príncipe.
La fiesta había terminado, el miedo en el corazón de Killua no se podía borrar con nada. Tendría que ir a los aposentos del Rey; hoy sucedería, estuvo preparándose mentalmente para este momento, pero una cosa era pensarlo y otra hacerlo. Tenía miedo. Bisky lo miraba triste, quería sacarlo de ahí y esconderlo en un lugar donde no le pasará nada, donde nadie podría tocarlo.
Había visto que Gon estaba hablando con el reino de los Kurta. De hecho en toda la fiesta los novios jamás estuvieron juntos, solamente cuando los invitados querían felicitarlos a los dos. Era extraño si Gon quería estar con Killua en cualquier forma ¿Por qué no lo presumía?
Para nadie era un secreto que la la flor invernal de Shiroi Tsubaki era uno de los omegas más codiciados. Su albino ya había tenido muchas cartas de cortejo incluso una de ellas casi era aceptada. Pero jamás imagino que esto pasara. Que su Killua estuviera casado con el Rey Gon.
La pareja real entro al palacio, dirigiéndose a las recamaras, Gon iba a su lado y Killua tenía tanto miedo, sus piernas temblaban y su corazón latía muy fuerte; atrás de ellos iban Bisky, Kito, Palm y Retz. Antes de doblar la esquina del pasillo, Gon se detuvo y hablo con el albino a su lado.
- Bien, am Killua -dijo el moreno mirándolo. Killua lo miro por un momento, para después bajar la cabeza. Era algo típico, para él hacerlo era casi como un instinto, veía a su madre hacer lo mismo desde pequeño pero sobre todo cuando habían más personas en el lugar. Más alfas. Las costumbres de su reino decían eso: Bajar la cabeza es una forma de respeto y hacer saber que está escuchando - No hagas eso Killua, no bajes la cabeza.
El albino se sorprendió por el pedido e inmediatamente subió la cabeza confundido.
- No es necesario que bajes la cabeza, aquí no -dijo el chico con una ligera sonrisa - Tu habitación es está, tendrás a sirvientes a tu disposición, además de un par de soldados que siempre estarán contigo.
El albino había escuchado todo sorprendido, ¿No tendrían que hacer eso?, ¿No era un requisito?, ¿Qué está pasando?, Gon miro hacia un lado viendo cómo tres jóvenes llegaban, dos chicas y un chico.
- Estos son tus sirvientes, te ayudarán en todo lo que necesites y -detrás de ellos venían otras dos personas, tenían los trajes oficiales del reino - Estos son tus guardianes, estarán contigo a todas horas por todo el castillo.
- Es un gusto servirle a la nueva reina de Kiiroi Yuri -el séquito hizo una perfecta reverencia hacia Killua.
- Gracias -respondió el albino, realmente no sabía que estaba pasando.
- Otra cosa más -dijo Gon - Puedes ir por el castillo, por todos sus lugares.
- ¿Por todos? -preguntó de nuevo el albino, era una cosa extraña, por lo general el consorte del Rey podía ir a diferentes lugares que ya hubieran sido confirmados por el Rey, ¿Entonces este... Rey le acaba de decir que podía ir como quisiera?