El lugar de las almas

Capítulo 4

¿Tienen idea de lo que significa no recordar nada de ti? Poder voltearte a ver y no saber si en verdad es tu cuerpo o uno completamente diferente, saber que estas enfrente de un espejo y no poder ver un mínimo reflejo de ti. Pues eso es lo que siento mientras sigo en este lugar, este gran vacío que ha sentido durante toda mi estadía ha sido sofocante y horrible.

Durante todo el tiempo que había pasado en el "limbo" solo vi personas llegar e irse, algunos sin haber recordado lo que pasaba y otros si recordaron todo cerca de ellos. Verlo solo me deprimió más de lo que ya estaba, Alicia intentaba hacerme sentir bien jugando y diciendo que es normal no recordar la cosas, sin embargo, sabía que era una completa mentira.

"Que estúpido que no sepas quien eres" "Ni siquiera tu nombre sabes" "Jamás serviste para nada de todas formas". Todas esas cosas resonaban en mi cabeza, hacían que no pudiera concentrarme en nada y me hacían rendirme cada vez más y más, no es que sea débil de mente o que me rinda rápido ante las adversidades o que me sienta débil ante la dificultad que se me vino encima, es solo que esas voces venían desde dentro de mí y eso me causaba más confusión y depresión.

Por enésima vez intenté contar los días que pasaban y aunque sin éxito pude entender un poco más el paso del tiempo aquí; no había día o noche, pero había tiempo y eso fue suficiente para adivinar cuando era noche y cuando era día, eso sirve a corto plazo porque después de dos noches no puedo contar más tiempo de esa forma, como si hubiera un tipo de bloqueo que me impide seguir el paso.

- Otra vez pensando en días – dijo Alicia llegando a mi lado.

- Si, por lo menos lo intenté – respondí cabizbajo.

- Vine a decirte que quizá no me veas por un tiempo – dijo volteándome a ver.

- ¿Por qué desapareces cada cierto tiempo? – pregunté.

- No lo sé, solo despierto y me dicen que no me vieron y que pensaban que ya me había ido – respondió para después salir corriendo y voltear para despedirse.

Decidí que no estaría lamentándome todo el rato, lo consideraba estúpido y siendo honesto preferiría tener una experiencia cercana a la "vida" que estar triste y solo en la habitación. Salí y comencé a caminar por los pasillos, jamás me había dado cuenta lo blancos e hipnóticos que pueden ser, la pintura blanca casi completamente lisa le daban una ilusión de ser parte de un laberinto, las puertas de las habitaciones estaban separadas uniformemente y fuera de ellas había dos sillas para lo que esperaban fuera alguna noticia o algo de sus familiares.

Después llegué a la recepción del hospital, había muchas personas esperando y trabajando, algunos doctores y enfermeras pasaban por ahí y hablaban todo lo posible antes de alejarse demasiado. La mayoría de las personas que esperaban parecían tranquilas y relajadas, aunque algunas otras parecían estar estresadas o preocupadas por alguna razón que hacia saltar esas emociones a un punto que era fácil leerlas. Cosas como el movimiento recurrente de la pierna o un rostro de preocupación hacia que pudiera entender que es lo que sentían, de pronto una mujer mayo se levantó de su asiento y fue directo con el recepcionista.

- Oiga ¿Cuándo me atenderán? – preguntó la señora con mirada cansada – tengo más de una hora esperando.

- Lo lamento señora – respondió el joven, de forma despectiva – le dije que se le avisaría cuando se le pudiera atender.

Una parte de mi quería poder tomar del cuello a ese tipo y obligarlo a ser más amable con las personas, no supe porque, pero solo pude apretar los puños por la impotencia que sentía.

- Lo sé, me lo dijo, pero de verdad siento mucho dolor en el abdomen y cada vez se vuelve peor – dijo la señora mientras sobaba su abdomen.

- Pues lamento su situación, pero tendrá que esperar – respondió mientras ignoraba a la mujer por voltear a su aparato móvil.