CAPITULO 11

1.7K 211 18
                                    

Esa noche Tony se acostó algo preocupado por lo que posiblemente le hubiera pasado a Steve y antes de dormir el castaño rogó internamente para que el rubio se apareciera esa noche en sus sueños. Mientras Tony se quedaba dormido una sombra que lo miraba desde una de las esquinas sonrió con mucha malicia.

———Tu llama sigue incrementando cada vez más Anthony——— dijo el rubio ———Muy pronto estaremos juntos——— susurró para luego desvanecerse en la oscuridad.

Cuando Tony se quedó dormido el rubio lentamente se fue acercando a este para poder acariciar levemente su rostro con sus manos, Tony al sentir el tacto helado de aquellas manos se relajó y se dejó hacer, Steve quien lo miraba con tanto cariño y lujuria no pudo evitar inclinarse y darle un beso al castaño en la frente.

———No quiero que vuelvas a permitir que nadie más te toque, solo yo lo puedo hacer——— susurro en el oído del castaño para después morder su lóbulo haciendo que este gimiera suave ———Tu me perteneces Anthony, tu eres mío——— dijo con mucha posesividad en su tono de voz.

———Lo soy...——— respondió el castaño entre sueños, Steve sonrió de lo complacido que estaba.

———No pretendía hacerte nada ahora, pero no puedo evitar notar que hoy no te pusiste tu pijama habitual, solo un simple boxer——— dijo el rubio ———Lo que pase a continuación será porque tú te lo buscaste——— dijo para después comenzar a besar el cuello del castaño, darle la vuelta a modo que quedara boca arriba.

Mientras Steve lo llenaba de besos por todo su cuello Tony gemía suave, ya que aún seguía dormido, pero aún así el placer que el rubio le estaba dando en esos momentos aún calaba en sus sueños, el rubio bajó por su pecho y abdomen dejando un camino de besos hasta llegar al elástico del boxer del castaño y quitárselos rápido, tomó el miembro de Tony con su boca y comenzó a hacerle un oral, el castaño comenzó a gemir cada vez más fuerte haciéndolo entrar en razón y al abrir sus ojos lo primero que vio fueron unos ojos rojos escarlata muy brillantes.

———Pero ¿Qué...——— no pudo terminar de decir ya que la oleada de placer lo golpeó nuevamente está vez percatandose de lo que el rubio estaba haciéndole ———Mierda... Steve...——— jadeo el castaño.

El rubio sonrió e incrementó su velocidad para hacer que su amado castaño se corriera en su boca, como la última vez.

———Steve...! Para...!——— suplicó el castaño, pero era en vano el rubio quería más de su esencia, la necesitaba ya ———AH...! STEVE...!——— gritó cuando por fin llegó al orgasmo.

El rubio tragó hasta la última gota de la semilla del castaño, Tony lo miró con mucho detenimiento y este sonrió de forma malévola dejando ver sus colmillos, el rubio se levantó.

———¿A dónde vas?——— preguntó el castaño mientras se sentaba en la cama.

———Te dejaré descansar——— confesó el rubio ———Tienes que recuperar fuerzas———

———No se que rayos eres, pero.. ——— el rubio se giró para ver a los ojos al castaño.

———¿Pero?——— pregunto.

El rubio al ver que Tony no le respondía se dirigió hacia él y con mucha lentitud se arrastró por la cama y posicionándose encima de él y abriendo sus piernas.

———Yo soy esa sensación que has sentido que te observa desde pequeño, yo soy el que ha estado a tu lado sin importar cuántas veces te hayas mudado——— confesó el rubio en un susurro muy cerca de los labios del castaño.

En ese momento Tony no podía apartar la vista de aquellos labios rosados en los cuales se podía ver levemente los colmillos del rubio.

———¿Qué sucede, Anthony? ¿Acaso quieres más?——— preguntó el rubio con una voz seductora y juguetona. Tony asintió varias veces y el rubio rio ———Una segunda ronda no caería mal——— susurro para después besar con mucha pasión al castaño.

Tony no sabía muy bien lo que estaba haciendo, pero por alguna razón su cuerpo pedía a gritos que fuera tomado por aquel hombre de ojos rojos, sin objeción alguna Tony se dejó acariciar por aquellas manos que lo estaban haciendo perder el control de su cuerpo y mente.

———Podría hacer esto toda la noche——— dijo el rubio en un susurro sobre los labios del castaño...

Sueños HúmedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora