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KUROO TETSURŌ

TÍTULO - I WISH I WAS HIM.
NOTA/ hice este oneshot lo más gender neutral posible, ojalá lo disfruten!

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él era maravilloso, casi perfecto. en tus ojos no había nadie como él, y esperabas que él pensara lo mismo de ti.

kuroo tetsurō era tu mejor amigo desde que habías llegado a nekoma. te convenció de que fueras manager del equipo y te acercaste más al resto de miembros.

pero tus ojos siempre estaban en él.

y durante un tiempo creíste que él sentía lo mismo, era amable, cariñoso y afectivo contigo. de vez en cuando te prestaba sus polerones o el jersey del uniforme, te halagaba cuando te veía en su ropa y decía que se te veía mejor a ti que a él, jurabas que se sentía igual.

múltiples veces pensaste en confesarte, recibiendo apoyo de lev, (no tenías ni idea como se había dado cuenta) insistía que valdría la pena, pero nunca te dio el valor para hacerlo. estabas feliz simplemente sintiendo ese amor, simplemente sabiendo que lo amabas, hasta ese día.

observabas la práctica de volleyball del equipo, teniendo un ojo especial para el azabache. todo iba igual que siempre, hasta que te fijaste en como kuroo hablaba con cierto rubio teñido. sus ojos brillaban, sus mejillas teñidas de un rojo medianamente leve.

tu corazón se hundió.

los ojos de kuroo seguían hechizados a kenma. cada movimiento que hacía, kuroo lo seguía. tal y como tú lo hacías con él.

sentías que morías lentamente cada vez que lo veías abrazar al rubio, hablarle, chocar las manos, lo que fuera, te dolía. no solo por esos pequeños celos que crecían en ti, era más por el hecho de que el azabache te estaba dejando de lado.

ya no te pedía que lo esperaras para irse a casa juntos, él no te esperaba para almorzar, excusándose de que tenía cosas que hacer con kenma.

de alguna forma lo entendías, kenma es ciertamente atractivo, tiene facciones finas y una voz tranquila, entendías porque le atraía el chico de pelos teñidos... pero no podías quitar de tu cabeza ese sentimiento de que, si él no estuviera, no sentirías ese vacío en tu pecho.

el tiempo pasaba y cada vez te alejabas más de kuroo, las únicas veces que lo veías era en las prácticas o las veces que te lo encontrabas caminando con kenma en las mañanas. una de esas mañanas te diste cuenta de algo.

el más bajo llevaba puesto una de las sudaderas del pelinegro... habían pasado la noche juntos.

sentiste como tu corazón se partía en miles de pedacitos y tus ojos se llenaron de lágrimas. en ese momento, kuroo notó tu presencia.

— t/n... ¿estás bien? — el azabache intentó colocar su mano en tu hombro, pero la alejaste.

— estoy bien. — dijiste secamente y seguiste caminando hacía la escuela, dejando a kuroo terriblemente confundido.

esa tarde no tenían entrenamiento, así que planeabas simplemente irte a casa y hacer cualquier cosa.

tus planes se vieron afectados gracias a que cierto pelinegro te arrastró hacía un lugar más "privado" y te obligó a hablar con él.

— t/n, tienes que hablarme. sé que algo anda mal.— el más alto te miraba preocupado.

— no es nada, no te preocupes. — trataste de alejarte, pero kuroo te lo impidió.

— te conozco, no puedes mentirme. por favor dime que pasa. ¿hice algo? puedes decirme.

de alguna forma odiabas lo rápido que kuroo podía echarse la culpa a si mismo, pero si lo pensabas bien, si era su culpa.

— no es nada, solo he estado con pocas energías últimamente. — mentir era lo más fácil, más fácil que decirle que te morías por dentro cada vez que lo veías con kenma.

— lo siento si el último mes no hemos hablado mucho, la madre de kenma me pidió que estuviera pendiente de él porque se la pasaba jugando en su consola y casi ni comía.

ah... eso era. tu pecho se infló al saber que no había nada entre ellos.

— entiendo... ah! — recordaste la sudadera que te había prestado la última vez que habían hablado y planeabas devolvérsela. — ten, olvidé entregártela.

— olvídalo, le pediré a kenma la que le presté hoy en la mañana. estaba tan distraído con sus juegos que olvidó traer la suya y estaba muerto de frío. — kuroo rió... que alivio. quizás era egoísta sentirse así, pero joder que era un sentimiento maravilloso.

— está bien. me iré a casa ahora, nos vemos. — te despediste.

— déjame acompañarte. — kuroo se ofreció.

— ¿y qué hay de kenma?

— yaku lo acompañará hoy.

terminaste aceptando su oferta. durante el camino se pusieron al día de todo el tiempo que habían perdido. hasta que finalmente llegaron a su destino.

— lamento haberte dejado de lado últimamente, no fue mi intención. — kuroo colocó su mano sobre tu cabeza.

— no te preocupes.

el azabache se acercó y te besó la frente antes de indicarte que fueras dentro de tu hogar.

a pesar de todo... hoy había sido un buen dia.

- fey.