La llegada parte II

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COMEDOR DEL CASTILLO.

Nuestras parejas favoritas no habían terminado el almuerzo, estos se encontraban sumergidos en una conversación muy interesante.

-Entonces. ¿no tienes interés en reformar la tropa de los 10 mandamientos? – preguntó Meliodas.

-Hermano te he dicho por enésima que no – Respondió con suspiro Zeldris, por muchas razones. Primero que todo, las cosas están muy bien en el reino demoníaco.

-Aún recuerdo como los pocos sobrevivientes de la II guerra santa eran civiles, hicieron un gran trabajo reconstruyendo lo poco que había en el mundo subterráneo. Con el transcurrir del tiempo y de la procreación de nuevos miembros, unos se fueron interesando en la lucha, pero no para hacer una guerra, simplemente para defensa personal, ya que había algunos segmentos que se negaban o no creían en esta paz. Y....

-¿Y? -indaga Elizabeth.

Zeldris se quedó pensando un momento, suspiro y decidió contestar la interrogante de su cuñada.

-Hay cosas que ni tus sabias sobre los 10 mandamientos Meliodas, nuestro padre me confió cosas que a ti nunca te quiso contar – dijo Zeldris.

-¿De qué cosas hablas hermano? – expresó el rubio.

-Nuestro padre una vez me dijo que cuando él decidió separar su poder en 10 fragmentos (después de la creación del demonio original) y dárselos a sus mejores guerreros (nacimiento de los mandamientos), él primero creo cada comando, le dio un nombre y la habilidad-maldición que éste tendría, pero, también les dio vida propia por así decirlo, a cada orden de que eligieran por su cuenta quien era el merecedor de su poder.

-¡Interesante! – se escuchó decir entre los presentes.

-Después de eso, cada esfera brillaba al sentir el nacimiento de un nuevo demonio, así que poco a poco fue naciendo la primera generación de mandamientos, elegidos desde su cuna y entrenados desde el inicio de su infancia, para que algún día pudieran poseer el comando que los escogió desde que dieron su primer aliento.

Meliodas estaba impresionado.

-No tenía idea de eso – dijo el rubio.

-Cuando la primera generación de mandamientos murió por vejez (ya que, en esos tiempos, no existían las guerras entre los clanes), los comandos volvieron a su posición original. Adornando como un arco el trono de nuestro padre, cinco a cada lado de este. Padre supo que estos esperaban el alumbramiento de sus nuevos poseedores.

-¿Por qué el viejo no me dijo nada sobre eso? – se preguntó a sí mismo Meliodas, mientras hacia su cara chibi.

-Quien sabe – dijeron Gelda y Eli al mismo tiempo que se encogían de hombros.

Zeldris continúo explicando la historia de la formación de los diez mandamientos.

-Al poco tiempo las órdenes volvieron a brillar esta vez con más fuerza que la anterior, nuestro padre tradujo este acontecimiento con el hecho que la generación que iba a resurgir sería más poderosa que la anterior. Y así fue, Padre no se equivocó con su conclusión, esa generación empezó a sembrar el terror en el clan de las diosas, estas comenzaron a temernos e iniciaron los ataques a nuestro clan.

-Se puede decir que es coincidencia o casualidad, no lo sé, pero, fue en ese momento que aparecieron o bueno... según nuestra historia la primera vez que vieron a un arcángel, lo equivalente a un mandamiento por el lado divino. Solo que estos eran 4 y no 10 – Zeldris hizo un énfasis en lo números.

-La deidad suprema siempre queriendo verse mejor que nosotros – balbuceó el rubio.

-Durante el transcurso de esas pequeñas batallas, murieron algunos mandamientos, otros perecieron en luchas contra los arcángeles, mismas donde morían ambos y los pocos que quedaron al volverse viejos, entregaron por su propia voluntad el comando que los prefirió.

Historia de Redención y Perdón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora