La Honorable Nieta [LHN #1]

✧ Capítulo 12

Capítulo 12:
Final

Después de que se hubiera percatado de aquello, Yoshimi entró en pánico, el ninjutsu médico que se había aplicado no era lo suficiente (o quizá no lo suficientemente bueno, según ella). Por esto, decidió terminar su entrenamiento por hoy e ir a ver a su abuelo a la Torre Hokage. Aún era de día por lo que seguramente estaría ahí.

En el camino, pudo darse cuenta del mareo que sentía, tuvo que caminar muy despacio para no desplomarse en medio de la calle. Cuando finalmente llegó después de todo ese suplicio, suspendió y subió las escaleras hasta la oficina del Sarutobi mayor. No estaba ocupado, por lo que pudo entrar justo cuando llegó.

Al entrar, su abuelo le preguntó por el motivo de su mal aspecto, y ella contestó tan rápido como pudo.

—Necesito ir con Tsunade.

Tras esa frase, el viejo se alarmó pensando que su enfermedad se había agravado nuevamente, casi se le paró el corazón y se había empezado a lamentar internamente cuánto sentía haber dejado que se convirtiera en ninja, quizá habría estado mejor haciendo algo más que no le exigiera arriesgar tanto su salud. Su nieta interrumpió sus pensamientos al contarle lo que había pasado en el segundo examen, y que por eso estaba así.

Hiruzen se alivió tan solo un poco y le concedió el permiso para viajar en búsqueda de Tsunade. Iría con un ANBU que la acompañaría y cuidaría todos esos días fuera.

Los dos partieron de forma inmediata. Su discípula la conocía bien, así que supo dónde seguramente estaría.

Se dirigieron hacia un pueblo no tan lejano que estaba plagado de casinos, máquinas y apuestas. Llegaron en la mañana del día siguiente, pero Yoshimi no quiso descansar hasta encontrar a la mujer.

—¿Dónde podrás estar esta vieja? Hay tantos, pero tantos locales...

Con cara de que estaba casi muriendo, recorrió las calles más de una vez, esperando encontrarla entre la multitud. Lastimosamente su torpeza le hizo pasar un mal rato al tropezarse con sus propios pies, o eso es lo que había pensado, pero la verdad es que había tropezado con un cerdito que ella conocía muy bien.

—¡Tonton! —al levantarse, miró al animal y lo tomó en brazos. Fue entonces cuando escuchó unos gritos de unas voces familiares y ella dirigió su vista hacia donde provenían, y ahí estaban Shizune y Tsunade corriendo—. ¡Vieja!

—¿A quién llamas vieja? —la mujer rubia se detuvo frente a ella y pareció darse cuenta de quién era—. ¡Vaya, Yoshimi!

—¡Las estuve buscando, Tsunade-sama, Shizune-san!

Ella recibió un gran interrogatorio, para después contar su situación.

—Entonces, ¿ese jutsu te dejó sin poder escuchar bien?

—Sí, pero los efectos desaparecieron y volvieron después, solo que ahora son como vibraciones en mis oídos.

—Podría ayudar, pero...

—Si me ayudas y me entrenas, yo... —se acercó a ella y le susurró algo al oído que ni Shizune ni el ANBU escucharon.

—Es tentador —la observó por unos segundos—. Trato hecho.

—Gracias, en serio —le hizo una reverencia japonesa.

Una semana después, la castaña llegaba junto a su acompañante a Konohagakure como nueva, con bastante dinero en los bolsillos y con energías renovadas. A penas pusieron un pie en la aldea el ANBU fue a reportarse con el Hokage y ella siguió caminando .