✿ Capítulo 15

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Capítulo 15:
Enferma

Yoshimi despertó finalmente del largo sueño que había tenido aquella noche, un pesadilla horrible que se repetía una y otra vez. Miró fijamente a la ventana frente a ella, era día de semana, pero aún así ese día no tendría entrenamiento y tampoco alguna misión. Suspiró, reteniendo las ganas de llorar, para después levantarse lentamente e ir a ducharse.

La ducha la hizo sentir bastante mejor, se le habían pasado las ganas de llorar pero no la tristeza, así que decidió entrenar por su cuenta para distraerse.

Aún así, después de entrenar se dio cuenta de que esa había sido una muy mala idea. Había estado todo el tiempo pensando en la pesadilla que había tenido. Su mayor miedo se vio reflejado en esta: el no poder proteger a sus seres queridos de la muerte porque no era lo suficientemente fuerte. Fue por esto que se enfureció con el mundo y consigo misma, así que empezó a entrenar para descargarse, y no se dio cuenta del daño que se había hecho hasta que no pudo más.

Durante todo un día no pudo hacer sellos ni mover mucho las manos, le dolían como los mil demonios, pero al fin y al cabo, había sido su culpa, y le había servido para desahogarse.

Había aprendido por las malas que no debía exigirle tanto a su cuerpo.

Después de envolver sus manos en vendas como pudo, volvió a casa y abrió la puerta a penas, por lo que no hizo mucho ruido.

—¿Qué vamos a hacer, Sorato? —Yoshimi pudo escuchar a su madre llorando, como nunca.

—No lo sé, Takara —suspiró su padre—. Si los Akatsuki vienen a por Yoshimi, no sé si seremos lo suficientemente fuertes para enfrentarlos y salir triunfantes.

La Sarutobi sintió su alma salirse de su cuerpo, ¿qué era lo que recién había escuchado?

Si lo que sus padres conversaban era en serio, estaba segura de que moriría. No sabía por qué la buscaban, ella sabía que estaban buscando jinchūrikis, pero ella no era uno, ¿o sí?

Entró en pánico, pero decidió que debía calmarse y que quizá con el pasar de los días quizá le dijeran algo, por lo cual tan solo suspiró y gritó un "ya estoy en casa", para ser recibida con un incómodo silencio y un "bienvenida" de parte de su padre.

Konohamaru llegó a casa unos minutos después de ella, por lo que en la noche cenaron los cuatro juntos. Su madre tenía los ojos hinchados y su padre unas ojeras tremendas, pero no iba a preguntar nada, tan solo esperaría.

A pesar de su calma, no pudo evitar pensar en eso hasta dormir. Al día siguiente, Yoshimi descansaba tendida en su cama, no tenía nada que hacer, y no podía entrenar tampoco por las heridas en sus manos.

La chica miró por la ventana, como era costumbre cuando despertaba. Era de mañana, pero aún así tenía un mal presentimiento desde que había despertado.

La castaña decidió levantarse e ir a tomar desayuno afuera, iría al negocio de dangos porque pensó que quizá ahí se encontraría a alguno de sus amigos.

Al llegar allí, no vio gente conocida, así que compró sus dangos y se fue a caminar por la aldea. En el aire había algo que la inquietaba.

A lo lejos, pudo ver como las puertas de la aldea se abrían, así que decidió ir a investigar.

Al llegar, vio a Sakura en frente de Kiba, Shikamaru, Lee, Naruto, Neji y Chōji, aparentemente llorando.

La Honorable Nieta [LHN #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora