Está totalmente normalizado que la amistad entre un chico y una chica siempre correrá sus riesgos.
Pero, ¿Cómo te explico que te amo sin que te espantes?
Prefiero susurrartelo mientras duermes hasta que consiga deshacerme de lo que llevo dentro.
Volteo asustado, casi creyendo que se trata de un sueño. Sin embargo no es así...
Ahí estás, en un largo vestido rosa, tu cabello prolijamente peinado con un rodete y rizos cayendo por tus hombros, y tus ojos... oh dios tus ojos están más azules que en toda tu vida.
-Aurora...- musito algo nervioso -La fiesta ya casi termina.
-Debo decirte algo- dices aún sin moverte de tu lugar.
Asiento para luego guiarte al escenario, donde por cierto ya no hay nadie y solo suena una suave melodía de fondo.
-¿Cómo has estado?- pregunto, para luego alarmarme al ver una lágrima rodando por tu mejilla -Hey yo...
-Estoy enferma...- dejo de respirar -Y estoy enamorada de tí.
-¿Q-qué?- susurro y te lanzas a mis brazos.
Me aferro a tu cintura con todas mis fuerzas.
-Hey... no llores- murmuras con tu rostro pegado a mi pecho.
-¿Por qué?- digo con un nudo en la garganta -Por qué no me dijiste nada?
Tomas mis manos entre las tuyas.
-No quise hacerte daño- confiesas -Yo solo quería evitar que sufrieras, Dylan...
Niego repetidamente hasta que impactas tus labios contra los míos.
Te beso con tanto anhelo, un anhelo que llega a parecer desesperación.
-Y hay otra cosa...- besa mi mejilla -He quedado en tu misma universidad.
-¿Qué? - me siento un poco mareado
-Seré médica, viviré contigo y venceré a la maldita Leucemia.
Acaricio tu rostro cuando secas las lágrimas que corren por mis mejillas.
-Oh claro que lo harás- confirmo -Estaré a tu lado todo el tiempo que tu me lo permitas y jamás te dejaré sola.
Me sonríes... esa preciosa sonrisa.
-Siempre te he amado, Dylan.
-Y tú no tienes idea de cuánto te amo, Aurora.
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