la cita

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Mmmm +18 plis no me maten nunca escribí algo así

Ingrese a la comisaría de prisa faltaba poco para las 9 quería esperarlo listo, aún en mi cabeza rondaban las imágenes de Conway besándolo y sentía un malestar en mi estómago corrí a la armería para dejar todo luego fui a cambiarme y salí de servicio intentando demorarme un poco en esa zona para ver si llegaba cogí unos documentos los empeze a leer (la verdad solo fingía leer mis ojos y mi mente estaban concentrados en la puerta) y al fin llegó sonriendo como siempre vestido con una traje algo extraño pero que a él le quedaba perfecto, (han visto en las películas cuando el protagonista ingresa a algún lugar y camina en cámara lenta y unas luces iluminan su andar como en una pasarela y también se siente un viento que alborota su cabollo) bueno así lo veía yo, se acercó sonrió.
H: estás listo comisario bombón.
Yo solo lo veía, no podía formar palabras así que solo moví mi cabeza de arriba a abajo. Fuimos hasta el estacionamiento y saque mi carro el sin decir nada subió de copiloto, me senté listo para manejar cuando ví que el se acercaba a mi con esa sonrisa que me derrite en ese momento me volví a congelar, el estiró su brazo derecho y puso el izquierdo sobre mi muslo mientras  agarraba el cinturón de seguridad.
H: la seguridad  bombón no te quiero ver herido.
Yo solo pensaba en lo cerca que estaba su mano de mi entrepierna, mi cara de sentía como en mismo infierno así que Levante mi rostro y arranque el carro, a pesar de eso su mano bailaba al ritmo de la música que el mismo había puesto dando pequeñas palmadas que para mí se sentían como caricias uffff ya no podía aceleré lo más que pude para llegar pronto.
Durante todo el camino no dijimos nada solo lo escuchaba cantar a viva voz todas las canciones que ponían en la radio.
Estacione el carro y baje dejando caer su mano en el asiento el sonrió y bajo así que cerré el carro y empecé a caminar solo alcance a decir sígueme.
Al fin llegamos a mi departamento abrí la puerta y el se acomodó en el sillón.
VV: que deseas beber
H: yo vine por ese vodka que tú ofreciste
VV: claro claro
H: tú departamento es muy lindo
VV: si bueno es cómodo pero mi verdadera casa es la comisaría paso mucho más tiempo allá
H: pues que desperdició a mí me encantaría vivir aquí.
(y a mi me encantaría que lo hicieras) pensé, me acerque a él y le di el vaso con mi licor favorito y lo recibió y empezamos a conversar. Algo muy raro en mi puesto que yo siempre fui callado y frío con los demás pero es que Horacio abría en mi esas ganas de decirle hasta mi más profundo secreto, no me di cuenta cuanto tiempo paso solo mire a la mesa y ya habían 3 o 4 botellas vacías, Horacio bailaba de una manera sensual y yo solo lo veía.
Se fue acercando a mi y puso sus piernas a mis costados y se sentó sobre mi mirándonos fijamente, no se si fue el alcohol pero no pude controlarme y lo bese y el correspondió era un beso intenso pero calmado, yo no quería que el sintiera que me aprovechaba de nuestro estado, pero de inmediato sus manos empezaron a desabrochar mi camisa y en un abrir y cerrar de ojos el estaba en boxer y yo igual.
Sus manos no dejaban de recorrer mi cuerpo, cada caricia, cada beso me hacían sentir en la luna yo también intentaba besar cada centímetro de su piel perfecta, obviamente estaba demaciado exitado y no lo podía ocultar, el bajo la mirada y dió una pequeña sonrisa coqueta pero llena de lujuria, se estiró un poco para alcanzar su casaca y saco un pequeño pote de lubricante el cual rocío sobre mi erección masajeandola de manera suave haciéndome emitir pequeños suspiros y gemidos que a él parecían encantarle 😈 se levantó un poco y acomodo mi erección en su entrada y poco a poco fue sentandose sobre mi.
Yo me sentía en las nubes, sus movimientos eras lentos pero continuos y yo moría de placer jamás había estado con alguien que me hiciera sentir igual.
Cuando ya no pude aguantar lo sujeté de las caderas y lo tumbé en el sillón ahora yo estaba arriba de el moviendome con más velocidad y el gritaba sin ningún pudor (hasta yo me sentía avergonzado), sus manos arañaban mi espalda y eso hacia que yo me moviera más, llegó un momento en el que sentí un cosquilleo recorrer todo mi cuerpo no podía parar mi cuerpo se movía solo, lo escuché gritar mi nombre y caí rendido sobre él.


Siento que no puedo expresar claramente todo lo que tengo en mi mente, acepto recomendaciones teniendo en cuenta que es la primera vez que escribo.

180°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora