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El Guardian entró a la habitación donde le dijeron que estaba Elsa. Tenía la mirada extrañada y un ligero aturdimiento, pues no era lo que él esperaba. Quería ver a Elsa a solas, pero estaba con otro chico. Lo reconoció al instante: Tadashi Hamada, amigo de Elsa, quien venía al castillo a visitarla de vez en cuando. Tenía poco contacto con Hamada porque ambos eran... diferentes.

Una punzada de celos le atravesó al verlos a ambos ahí, charlando y riendo con tanta naturalidad. No eran celos de esos que sientes cuando pierdes alguna competencia muy importante para ti y tu rival ganador recibe aplausos y admiración, no eran celos de cuando a alguien le sale mejor una cosa que a ti, no eran, ni mucho menos, celos de amigos. Era algo más fuerte, algo que nunca antes había experimentado, pero que estaba ahí y Jack tenía razones para sentir aquello.

Si era sincero consigo mismo, sentía un cierto rechazo a Tadashi y no porque eran diferentes ni nada de eso. Las diferencias las dejaba de lado cuando notaba cómo él la miraba, cómo la trataba, cómo le sonreía. Y era algo frustrante que tenían esas cosas en común, porque sí, Hamada también estaba enamorado de Elsa, y a Jack se le estrujaba el pecho cada vez que los veía juntos.

-Jack - dijo Elsa, sorprendida de verlo allí.

Ella estaba sentada en una mesa con varios libros desparramados por ahí, a su lado Tadashi escribía en un cuaderno. Jack se acercó lentamente, sintiendo cómo algo se le desinflaba en el pecho, quizás eran las ilusiones.

-Frost - saludó Tadashi con un asentimiento, el cual Jack imitó.

-No esperaba que vinieras hoy, la verdad - confesó Elsa con una mirada de disculpa.

-Lo sé. Salí del Polo Norte y quise darte una sorpresa - Jack la miró con una sonrisa ladina.

-Pues sí que me has sorprendido - rio ella.

-¿Cómo están las cosas en el polo, Jack? - preguntó el asiático, dejando el cuaderno de lado y sacándose los lentes.

-Pues... Es duro. Pero es divertido trabajar con los demás Guardianes - Jack se encogió de hombros, hablando con cortesía.

-Ya veo, y sí, debe ser genial ser un Guardián - comentó Tadashi con condescendencia.

-Sí, genial. Viajar por el mundo es sentirse libre.

Ambos se quedaron en silencio, sin mirarse. La tensión era palpable en la habitación. Jack comenzó a molestarse. ¿Por qué tuvo que venir Hamada justo ese día? Sin saberlo, Tadashi le había arruinado los planes, y quizás no era su culpa, pero tampoco le caía demasiado bien que digamos.

Y es que Tadashi era demasiado parecido a Elsa en el sentido de que eran serios, maduros y algo conservadores. Por eso se llevaban bien y tenían tantas cosas en común que... Jack en verdad los podía visualizar como una posible pareja perfecta y eso le revolvía el estómago.

De repente se sintió muy decepcionado y triste. En verdad quería decirle a Elsa que la amaba y había tardado mucho en reunir el valor suficiente para intentarlo. Tal vez debería hacerlo otro día... o dejarlo por el bien de los dos.

La inseguridad se inundó en su pecho y, aunque sabía que no debía dejarse llevar por falsas conclusiones e imaginaciones, su mente le dio una imagen de Elsa y Tadashi juntos, viajando por el mundo y siendo felices. Apretó el cayado con fuerza y miró directamente a Elsa, quien estaba mirando un libro. Pero él sabía que ella estaba tan tensa e incómoda como él.

-¿Quieres acompañarnos, Jack? - preguntó ella, rompiendo el silencio - Tadashi y yo estábamos buscando información sobre los hipogrifos. Existen, ¿sabes? - sus ojos le brillaban- Hoy Tadashi vio uno en un bosque lejano de camino hacia acá.

-Son muy escurridizos, pero también imponentes - comentó el chico a su lado.

-También son peligrosos si te acercas demasiado, he oído - Jack tomó un libro y lo hojeó ligeramente.

-Oh, sí- Tadashi asintió - No me he acercado demasiado.

-Y es por eso que estamos investigando, Jack. Me parecen criaturas fascinantes. Es increíble que aún no haya visto uno en todos estos años - finalizó Elsa.

-Y he estado pensando en hacer una expedición Elsa y yo mañana, para verlos otra vez - murmuró el asiático observando fijamente a Jack. A su lado, Elsa sonreía emocionada.

-Será genial, Jack. Si quieres puedes venir - dijo ella.

El Guardian la miró un momento con una pequeña sonrisa, luego desvió la mirada hacia el otro hombre y notó cómo este frunció el ceño por un segundo. Sabía que él tampoco le agradaba demasiado a Tadashi y no pudo evitar sonreír más.

-En realidad, tenía otros planes - dijo luego de un momento.

Quería ir con Elsa, en verdad quería, pero tampoco iba a pasar tiempo con Tadashi para ver cómo la miraba. Prefería ahorrarse ese disgusto, y lo más importante era que ella disfrutaría teniendo la compañía que tuviera. Además no quería que Elsa presencie aquellas pequeñas batallas de ego entre los dos chicos, porque estaba seguro de que si iba, habría eso.

-Oh - Elsa estaba un poco desilusionada- Queda un poco lejos de aquí, en el bosque cercano a la ciudad, por si cambias de opinión. Tú puedes volar, la tienes fácil - sonrió cariñosa.

-La verdad es que los envidio a ambos - murmuró Tadashi - Es decir, son espíritus con cualidades muy hermosas,.. - miró a Elsa un momento- Y yo soy solo un simple humano.

-Puedes congelarte para convertirte en uno de nosotros - bromeó Jack con una sonrisa. Vio cómo el otro chico le devolvía la sonrisa falsamente.

Jack podía ser bastante cruel a veces, no iba a negarlo.

-¡Jack! - exclamó Elsa.

-¡Elsa! - exclamó Jack - Es así como nos convertimos en espíritus, ¿no?

Elsa sonrió y negó con la cabeza.

-Bien, ya me han distraído bastante ustedes dos - señaló a ambos.

-No es mi culpa que mi belleza te distraiga- murmuró Jack, pícaro.

-¿Y qué planes tan importantes tienes para no ir con nosotros? - preguntó la espíritu.

Jack lo pensó un segundo. Debía inventar algo rápido, porque su único plan era quedarse en el castillo unos días con Elsa... Ese Hamada le había arruinado sus planes y nuevamente lo miró con el ceño fruncido un momento.

-Nada en especial - respondió- Darme unas vueltas a las montañas y visitar a los trolls...

-He leído que son grandes cuidadores del bosque de Arendelle - comentó Tadashi.

-Así es- Elsa le sonrió- Estás aprendiendo mucho sobre nuestro mundo, eso es bueno, ¿no?

-Me fascina la magia, Elsa, en especial la que viene de ti - murmuró Tadashi.

A Jack se le enervaron los vellos cuando escuchó aquello. ¿Estaba Tadashi intentando ganársela en frente de él? Esto ya era el colmo. No aguantaba seguir entre esos dos, ya estaba cansado de fingir ser cortés con Hamada. No soportaba el hecho de que a alguien más le gustara Elsa, eso le ponía de los nervios.

Arruinaron sus planes, arruinaron sus ilusiones, todo. Y no sabía qué hacer ahora. Estaba muy celoso y era tan fuerte que no se podía controlar. Nuevamente las imágenes de Elsa y Tadashi le volvieron a la mente. ¿Debía irse? ¿Debía quedarse? La habitación lo sofocaba y le dolía la cabeza. Jamás había sentido celos tan fuertes y potentes. Y no quería congelar el lugar en frente de Elsa, así que respiró hondo. Hace rato había dejado de estar feliz.

-Elsa, debo irme - dijo de repente - Espero que disfrutes mañana - dio una falsa sonrisa y se dirigió hacia la puerta.

Solo había estado unos minutos ahí, pero Jack sentía como si hubiesen pasado horas.

-Jack, ¿qué...? - comenzó a decir Elsa, pero Jack ya había salido de la habitación.

Sentía confusión, rabia, miedo, angustia, todo a la vez. Mientras caminaba por el pasillo con grandes ventanales, la luz de la luna lo iluminaba. La noche había caído sobre Arendelle.

Cuando la noche cae🌙 ||•Jelsa•||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora