⇾Capitulo 8

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Había muchas cosas que Jeon Jungkook no toleraba, la mayoría de estas jamás eran sacadas a la luz pues prefería juzgar en silencio todo aquello que no le afectaba de forma directa. Prefería pensar en silencio y tomar las decisiones con total seguridad de que no cometería errores, sin embargo, cuando se trataba de su hermano todo se volvía personal.

Mucho más importante que cualquier trato de la empresa o negocio destinado a ganar una gran cantidad de dinero. Por eso se precipitó a llamar a YoonGi y Hoseok a su despacho en el mismo instante que sus pies tocaron las escaleras de la mansión.

─¿No vas a decir nada?─el pequeño de la familia Jeon se encontraba sentado en una de las sillas que bordeaban la parte delantera del despacho de JungKook, con la mirada fija en su hermano y los dedos de sus manos repiqueteando sobre la madera─ YoonGi no puedo ayudarte si no me dices la verdad. Hacía años que no mordias, lo hacías de pequeño cuando a mamá se le iba la cabeza y tratabas de esconderte aterrorizado, lo hacías si alguien trataba de exponerte a situaciones que te ponían a la defensiva... Lo hacías porque tenías miedo pero no puedo entender como...

─Ya te lo dije, Hoseok no hizo nada. Le mordí porque me sorprendió─dijo bajando la mirada. JungKook no se creía ni una sola de las palabras que su hermano decía pero prefería fingir entendimiento a seguir presionandolo.

Cuando le insistía en algo YoonGi solía trabarse y eso definitivamente no ayudaría en nada a la causa.

─Esta bien YoonGi, ve a ducharte y ponte algo cómodo para la cena. Hablaré con Hoseok ahora.─

En la entrada del despacho de JungKook los dos hermanos Park discutían en voz baja, procurando que sus palabras no se colasen a través de la madera de las puertas.

Ninguno de los dos parecía dispuesta a ceder en el empeño de ganar la batalla mediante palabras. Ninguno cedería en lo más mínimo pues ambos eran tan tozudos como sus propios padres lo habían sido mientras vivían.

─¿Qué le has hecho?─dijo JiMin percibiendo que Kook no dejaría de ignorar sus reclamos─Joder Hoseok es su hermano, si la jodes podríamos perder el dinero que nos ha prometido.

─No hice nada─ susurró el pequeño de los dos, mirando a los ojos a su hermano─Por primera vez en muchos años he socializado, los tipos del equipo de baloncesto no son lo más limpio de ese instituto pero me han integrado en su grupo, son graciosos, tienen dinero, contactos y al parecer les gusta gastarle bromas pesadas a los introvertidos como YoonGi.
Me pidieron que los divirtiera un poco pero cuando lo intente ese niño consentido se me echo encima, joder solo le tiré de ese cabello suyo que tanto se empeña en llevar perfecto. Le jale uno solo de sus pelos y él me mordió como un jodido demente. Tendrías que haberlo visto, la gente incluso lo grabó. Tuvo un ataque de pánico de la nada.

JiMin bufó en voz alta, su hermano no era del tipo de chicos que iban a por los débiles pero tampoco era la persona menos influenciable que conocía. Si alguien le prometía protección u amistad podía llegar a avergonzarse a sí mismo.

Sus últimos amigos le pidieron que saltara a una prensa fluvial y se escabulleron cuando el guardia de seguridad se acercó a donde se encontraban, el resultado de eso fue Hoseok en un hospital y una citación para un juicio que por suerte fue suspendido cuando los dueños de la prensa le quitaron la denuncia al descubrir que por aquel tiempo solo tenía quince años. Una travesura, lo adjudicaron a eso. Pero JiMin sabía de que se trataba en realidad porque él mismo había sufrido con ese estilo de amigos.

El tipo de amigos que uno hace en los suburbios, de esos que podrían venderte o tirarte a los raíles del tren solo por unas rayas de coca o un par de bolsas de hachís. Él mismo había sido ese tipo de persona y lo pago perdiendo al único chico que valió la pena en su vida. A su mejor amigo, al mismo que no reconocía en voz alta ante el resto de idiotas.

The Player «JIKOOK»「Adap」[Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora