Alisa Malfoy

El Ataque

-¿Vamos a hablar del hecho de que nos estas evitando a mí y a papá? – Alis caminaba con paso rápido en dirección a su oficina tras la reunión de aquella tarde cuando John la alcanzo en el pasillo casi llegando al ascensor.

-No estoy evitando a nadie, tengo mucho trabajo que terminar antes de que Kingsley me dé una patada en una semana.

-¿Una semana? Pensé que te irías como siempre a pasar tu aniversario a algún lugar paradisiaco ¿a Draco no le importara?

-No porque aplazamos nuestras vacaciones para final de año – le respondió presionando el botón del ascensor como si este fuera a llegar antes por picar desesperadamente.

-Deja de hacer eso, no te vas a librar de mí tan fácilmente, papá quiere que vayas esta noche al departamento porque te va a presentar a Iryna – Alis dejo de picar el botón y se giró a mirar a John con curiosidad –. Quería que te lo dijera porque no le contestas las cartas y dice que evitas sus llamadas y visitas.

-Es que está muy pesado con el tema de mi embarazo, como si pensara que me voy a morir en cualquier momento, no sé, no me gusta, pero no lo evito, en realidad lo pensé, pero el trabajo no me dejo oportunidad de decidir.

-¿Entonces no sigues furiosa? – Alis lo medito.

-Sí, pero lo resolveremos.

-¿Cuándo? – Alis miró su reloj.

-Quizá cuando decidan dejar de ocultarme cosas, entonces lo discutiremos, sobre todo cuando son cosas que me afectan.

-Papá solo quería protegerte, sabía que te afectaría porque... bueno, los dos fueron estúpidos, él la dejo y ella se enamoró de otro por despecho quizá.

-No fue por despecho, no lo entenderías.

-¿Quién es la que me oculta cosas ahora?

-Pues me da igual, tu comenzaste, no tengo porque contarte nada, no te incumbe.

-También era mi madre – Alis lo fulmino con la mirada.

-Sí, pero a ti no te arrastro en ello así que – lo aparto para tomar el ascensor –. Déjame tranquila, estoy muy ocupada, nos vemos en navidad.

-Alis...

-Navidad – le cerró la puerta en las narices.

-Viniste – Sirius la recibió con una sonrisa y la abrazo enseguida, Alis no le correspondió, pero no se apartó, estaba intentando no montar una escena.

-No lo hice por ti – una risita resonó a sus espaldas.

-Me imagino entonces que será por la misma razón que yo decidí poner tregua a nuestro conflicto, ¿te gusta hacer enojar a las chicas Sirius? – una mujer rubia con delantal de cocina los miraba con una enorme sonrisa, la mujer se veía mucho más joven de la edad que Sirius le había comentado, incluso pasaría por hermana mayor de Alis sino fuera porque facialmente no se parecían demasiado, Iryna tenía cejas delgadas bien delineadas, un pelo rubio acaramelado ondulado, largas pestañas rodeándole los hermosos ojos almendrados, una nariz ligeramente torcida que lejos de darle mal aspecto la hacía parecer más guapa, labios gruesos y carnosos en una sonrisa amable.

-Solo a las que quiero – la mujer puso los ojos en blanco y se acercó para saludar a Alis.

-Me imagino que tú eres la famosa Alis, la nenita de Sirius – Alis sonrió y le estrecho la mano que le tendía.

-No tienes acento – Iryna soltó una risita.

-Lo perdí hace años, pero te aseguro que soy ochenta por ciento rusa, veinte por ciento británica, básicamente me críe aquí en Londres.