Sorpresa Inesperada

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Era la tercera vez que se encontraba con Eliot Carroll, la primera había sido más personal que de trabajo, la segunda había sido meramente profesional y en esos momentos desconocía la naturaleza de aquella reunión.

-Feliz cumpleaños – le susurró Eliot al oído sorprendiéndola por detrás lo que la hizo reír.

-Mi cumpleaños es mañana Eliot – le respondió Alis decidiendo que era una cita casual.

-Lo sé, pero como dudaba mucho que quisieras verme mañana...

-Creo que te hubiera sorprendido entonces.

-¿No vas a celebrar con tus amigos y familia?

-Creo que no he celebrado realmente mi cumpleaños desde que salía con Cedric.

-¿Cedric? – le preguntó intrigado a la vez que la guiaba en dirección a la esquina de la calle.

-Sí, fue mi novio en el colegio, comenzamos a salir muy jóvenes, yo estaba en tercero y el en sexto, salimos por casi dos años y quizá ahora seguiríamos juntos si esa sucia rata cobarde de Colagusano no lo hubiera asesinado.

-Lo siento mucho – Alis negó.

-Gracias, sabes últimamente pienso mucho en él, me asusta que siga en el limbo por mi culpa, a veces sueño con él y se siente tan real, tan vivido, juro por Dios que la última vez me golpe en el sueño y desperté con un enorme cardenal – Eliot le abrió la puerta del auto.

-¿Y eso sería posible? Digo el que él siguiera vivo de alguna forma en una realidad alternativa.

-No realmente, es posible hablar con los muertos en sueños, pero es muy complicado, se requiere de un artefacto que canalice un hechizo muy poderoso que de alguna forma ancla el espíritu de la persona a un ser amado, es muy complicado, no sabría explicarlo en realidad nunca lo entendí demasiado bien, pero sin aquel objeto es prácticamente imposible, se requiere estar al borde de la muerte o en un estado de inconciencia sumamente profundo y aun así no es seguro que funcione.

-Algo me dice que has experimentado al menos dos de esas cosas.

-Las tres de hecho – le conto la historia del relicario y de la segunda prueba –. Y cuando Cedric murió de alguna forma su espíritu o una parte de esté, algo como un eco se quedó anclado al relicario. Ahora que lo pienso es algo así como la contraparte de los horrocruxes, con la gran diferencia claro de que este hechizo solo servía como una vía de comunicación entre el espíritu del muerto y el portador del objeto, no mantenía vivo a Cedric, es una magia muy bella en realidad, es un sacrificio que no todo el mundo podría hacer, quedarte de alguna forma anclado para acompañar y proteger en cierta medida al ser amado, por otro lado el horrocrux es un tipo de magia despreciable, tomar la vida de alguien para proteger un fragmento de tu alma... es despreciable.

-¿Y qué ocurrió con el relicario?

-No lo sé, desapareció.

-¿Así, sin más?

-Bueno supongo que debe estar en algún lugar, pero no sé en dónde, creo que se supone que no debo encontrarlo, al principio sí que quería buscarlo, pero no era justo, no podía seguir aferrándome a Cedric solo porque temía perderlo, nunca estuve lista realmente para dejarlo ir, pero como te digo no era justo para él, tampoco para mí y mucho menos para Draco, sé que él no se hubiera molestado, pero eso no significa que hubiera estado bien.

-Draco... es tu esposo ¿no? – Alis asintió.

-Bueno – Alis sonrió –. ¿A dónde vamos?

-¡Ah, eso! – Eliot se incorporó y fue como si todo lo anterior hubiera perdido su importancia –. Es sorpresa.

Alisa MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora