¿Cómo es posible que me haya descubierto?
Es más, esta semana he tratado de pasar lo más desapercibida posible. Me he saltado la comida y me he resistido a coger los donuts de postre.
¿Por qué la vida me odia tanto?
Aunque, es verdad que lo de la letra no lo había pensado. Si hubiera querido, ya desde el primer día podría haber sabido mi nombre.
Joder, si me siento en la otra punta de la clase y nunca nos ha tocado en el mismo grupo de trabajo.
Mierda, mierda. ¿Qué voy a hacer?
No quiero que cuando me vea, se invente una excusa para pirarse a los cinco minutos de llegar.
Eso sería humillante.
¿Por qué acepté este reto? Si es que, de verdad, me tendrían que dar el premio a la más tonta.
Qué hostia me daba...