Los rayos de sol caían libremente sobre la tierra haciendo saber que el día había comenzado, y con él, todas las actividades cotidianas de los pueblerinos en el Reino de Tokyo.
La mañana brillante con la luz animada de las mañanas le dio los buenos días a Namiko, tu madre, quien descansaba tranquilamente mientras disfrutaba del armonioso cantar matutino de las aves.
Ella siempre había sido una mujer calmada pero su situación actual le hacía apreciar aún más las cosas, aunque parecieran insignificantes: que la luz solar se filtre por la cortina hasta tocar sus pies, o escuchar a un ave trinar al amanecer, todas estas son cosas que ella apreciaba, había notado la belleza en todo cuando su vida casi había acabado.
-¡Ya regreso papá!- gritaste mientras corrías llena de emoción por los grandes jardines de tu hogar.
Tu padre era un comerciante, Siempre estaba aventurado en asombrosos viajes entre reinos y continentes con el fin de promocionar sus increíbles inventos. tenía un don para las cosas raras e innovadoras, su kosei consistía en mostrarle sin fallos ideas que revolucionarían el mundo entero y el lo complementaba haciéndolas realidad.
Aunque todo esto suena maravilloso, aquel trabajo le mantenía alejado de su propia familia y en constante peligro al viajar a tantos lugares diferentes. casi sin hacer paradero en su hogar el hombre añoraba cada abrazo que su familia le ofrecía.
Al lanzarte a sus brazos te levantó por los aires mientras giraba hasta caer en el verde pasto que ya cálido se sentía por las horas del día.
Por otra parte tu madre luchaba contra algo que no habían podido explicar. solo tenían las sospechas de que por alguna razón su Quirk le estaba haciendo daño y para cuando lo notaron ya era muy tarde para siquiera hacer algo.
- ¿Cómo está la princesa más bella de todas? - Tu padre con muchos ánimos te abrazó como si no lo hubiera hecho en años.
- ¡bien! - respondiste alegre - Mucho mejor ahora que regresaste. ¡seguro ahora podremos pasear todos juntos!
Él sonrió al escuchar sus dulces palabras y asintió. - ¿Dónde está mamá? - Sentía muchas ansias de ver a su amada esposa después de meses en el extranjero.
- En su habitación, ha estado cansada las últimas semanas. - su mirada entristeció, esas noticias no eran las que esperaba escuchar.
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Terror.
Terror era lo único que podías expresar en ese momento, estabas asustada...
Ella estaba ahí, tan frágil como los pétalos de una rosa y pálida como los fantasmas de los libros de terror. su mano se extendía hacia ustedes mientras una lágrima de dolor se instalaba en su rostro. lo sabía. Tu madre estaba segura de que la lucha estaba a punto de terminar y le dolía, tanto que no podía pensar en nada que no fuera el tener que decir adiós.
- ¿Namiko? - al no obtener respuesta inmediata corrió hacia los pies de su esposa y se hincó mientras la admiraba por unos momentos.
- Yo... - a penas pudo musitar en un pequeño susurro. Estaba esforzándose, quería seguir ahí pero se sentía tan débil que no creía poder seguir más.
- No digas nada... - tu padre acarició el cabello de su esposa con temor a romperla, con miedo a perderla si siquiera realizaba un mal movimiento. - tal vez mejores si descansas.
- Mami - llegaste a su lado y tomaste su mano derecha entre las tuyas - estás bien... - tu voz se quebró antes de terminar y les dolió tanto verte así que se culparon a si mismos por tu tristeza. - ¿verdad que sí?
Rompió en llanto. No podía creer que por su culpa su pequeño capullo ahora estuviera sufriendo. Desearía tener alguna forma de quedarse a tu lado para siempre. Volver a peinar tu cabello antes de ir a dormir, leerte un cuento hasta que no pudieras luchar más con el cansancio.
- ____, por favor no llores - su voz llegó como un hilo, suave a sus oídos, casi inaudible.
- Mamá ¿Seguirás con nosotros verdad? Aún... Aún hay cosas que debemos hacer juntas. Dijiste que cuando Kiri creciera me enseñarías a montar a caballo y también que cuidaríamos de Sero y los patitos juntas. Aún hay mucho que hacer.
volvió a sollozar mientras tomaba aire de espacio.
- ____, yo... Tal vez... Tal vez no pueda lograrlo, mi amor. Aún así... Aún así me gustaría que hicieras todas esas cosas, me harías tan alegre si tú misma eres feliz.
Su mirada se posó sobre la de su esposo quien ya no podía retener las lágrimas.
- No digas eso... - habló tu padre con la voz cortada - tu estarás con nosotros.
- Me encantaría poder cumplirlo, yo... yo no quiero irme. - se permitió llorar abiertamente, quería ser fuerte para ti, pero estuvo reprimiendo cada cosa que le lastimaba para que estuvieras bien y ahora había estallado - me encantaría ver en que tipo de persona te convertirás.
- seré todo si te pones mejor, mamá- dijiste mientras aprisionabas su mano entre las tuyas. - si te mejoras haré lo que quieras.
- no sé si saldré de esta. - hablo con algo de tranquilidad aunque se notaba el sobreesfuerzo - pero me gusta imaginar lo bella que serás cuando crescas. tal vez alta, bonita, valiente y bondadosa - sonrió entre lágrimas. se había dado cuenta de que no quería que la recordaras con lágrimas y tristeza, quería ser alguien que te animara a sonreír aún cuando estuvieras en un mal momento. - no saben cuanto los amo...
los abrazó y fue el mejor abrazo del mundo a pesar de el momento en el que se dio. tus padres te pidieron retirarte y para cuando pasaron unos minutos te enteraste de que ya había llegado al descanso eterno. le deseaste un buen viaje, y esperaste que donde sea que se encontrara fuera la mujer más feliz que existiera en todo el universo.
no sabías si serías una chica alta, o siquiera si serías bonita. pero estabas segura de que podías ser valiente y bondadosa, todo para ella...
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Los dejé sin mamá en el primer cap xd
Sorry bebés.Yonde Kurete Arigato!
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✓Cenicienta: Esto es amor {Shoto Todoroki y Tu}
FanfictionEditando [aviso que es antiguo el libro y la edición no va muy rápido pero te aseguro que no está tan mal... creo] El destino aveces funciona de maneras misteriosas. Nunca espere que llegaras a mí vida para darle nuevos colores. - levanté mí mano pa...