☐Copenhague☐
Tan cerca de ti estuve, que podía tocar las estrellas.
Pero antes que alcanzarte, tuve que dejarte ir
•••
Narra Moscú
Sin darme cuenta, estaba una vez más a pie de cama. Había pasado un día bastante surrealista.
Solo tenía ganas de caer en los brazos de Morfeo, así que me tumbé en el colchón esperando que al cerrar los ojos durmiera pacíficamente.
Por desgracia, no fue así, así que para entretenerme cogí el teléfono para revisar mis redes sociales.
Se me ocurrió investigar un poco acerca de Paradise, así que busqué su apellido en instagram, pero no encontré nada relevante. Una marca de ropa, un chico mayor que al parecer era influencer, y cuentas de frases random.
(...)
A la mañana siguiente, me dispuse a salir de mi casa fugazmente, pero choqué con Copenhague.
- Am... buenos días Copenhague. - saludé un poco apresurada.
- Buenos días, señorita Moscú.
No entendía por qué seguía llamándome señorita. No me molestaba, pero parecía demasiado cortés, me podía llamar de manera informal.
Entonces me percaté de que llevaba un parche en el ojo.
-¿Acabó el ojo muy mal...? - señale con mi índice su parche.
- No se preocupe, estoy bien. Podría ser peor. - sonrió.
- Me voy, me están esperando.
- Nos vemos.
Doblé la esquina donde me esperaban para ir andando al instituto.
(...)
Llegué fatigada, pero en la puerta me esperaba París.
- Ven que tengo algo que contarte.
- Suéltalo. - no, la paciencia no es una de mis mejores cualidades.
- El que te pegó el puñetazo ayer fue el hermano de Sicilia.
- O-ostia...
- Pet está buscando a Copenhague por todos los pasillos.
- ...
- Aunque sinceramente...
- Yo tampoco creo que le haga nada, si no, nos tendremos que ver las caras otra vez, y no creo que le vaya a gustar. - decidida, empecé a caminar por los pasillos con ella al lado.
Vimos que él rondaba la primera planta, así que subimos a la segunda. Para nuestra sorpresa, el chico nuevo estaba sentado en un banco con su mochila al lado.
- Hey - dije captando su atención.
- Buenos días. - contestó con el semblante serio.
-¿Por qué llevas un parche? - cuestionó mi mejor amiga.
- La curiosidad mató al gato. - su mirada se intensificó.
- No soy un gato.
Golpeé mi frente con la palma de mi mano, mientras internamente debatía si reírme por lo idiota que era o no.
- Y como no soy un gato te voy a hacer otra pregunta. ¿Por qué nos llamas señoritas?
Él ignoró lo que dijo y miró al frente serio.
- A las damas se les debe tratar con educación.
- Tampoco hace falta que nos trates de usted.
Él aseguró que prefería hablar de esa manera. Aunque la justificación nunca llegó, pero lo que sí llegaron fueron más problemas.
- Eh, tú, el del parche, han expulsado a mi hermano por tu culpa. - Sicilia parecía muy enfadado.
Hubo un silencio bastante incómodo.
-¿No piensas pedir perdón?
- No. - sentenció con una mirada neutral.
- Pues pienso decirles a todos lo que tienes detrás de ese parche, porque mi hermano me lo ha dicho.
- Ese tarado no ha visto nada aparte de la lentilla, deja de mentir.
La ira inundó a Sicilia y no tardó en empezar a llamar la atención de todo el curso por los insultos que soltaba. Pero el pecoso no se inmutaba, seguía observándolo con el semblante serio.
-¿Has acabado? Tengo clase. - miró el reloj que tenía en la muñeca.
Entonces Sicilia en un acto de impulsividad levantó el parche y lo soltó haciendo que azotara al nuevo.
-¿Se puede saber qué estás haciendo?¿Estás loco o qué? - me levanté encarándolo.
- Tiene algo horrible ahí, lo he visto.
Puso la cara totalmente tensa. La aglomeración se preguntaba qué había, y comenzaron a soltar bulos entre compañeros.
- Tú tienes la cara deforme y las neuronas quemadas, y nadie va diciéndolo por ahí. - alguien me agarró del brazo impidiendo que siguiera insultándolo.
- ¡Fea, que eres fea!
- ¡Que te den por el culo, gilipollas!
- Ponerse a su nivel no va a hacer que la situación mejore, nos vamos de aquí.
Por suerte la profesora de química nos dio paso a la clase, en la que no se encontraba ese cobarde. Aunque el pobre Copenhague no se libró de las preguntas.
- Maestra, ¿se puede deformar un ojo genéticamente?
- ¿No es de mala educación llevar un parche en clase?
- SILENCIO, comenzamos la clase ya.
Yo me puse a hablar con New York quien me decía que no entendía absolutamente nada, y yo concordé.
Cuando la clase terminó, miré mi horario. "Tecnología" (😒) menuda hora me esperaba.
- Nos vamos por estas escaleras mejor, hay menos atasco.
Copenhague asintió. Oh no... ¿le acaban de quitar el parche?
- Os lo he dicho, ¡es horrible!
(😤) Cerró su ojo rápidamente.
- SE PUEDE SABE QUÉ TE PASA - el puño me temblaba.
Cuando por fin logramos que nos devolvieran su objeto nos marchamos.
¿Qué nos estás escondiendo Copenhague? Me preguntaba mientras observaba su perfil caminando.
...
Moscú se despide
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Qué fue de Plutón sin Copenhague
Fanfiction•••••••••••••••••••••••••• •Saga: La Nebulosa • •••••••••••••••••••••••••• ~1a Parte: Copenhague~ Yo siempre he sido de rock, y he acabado pidiéndote mil baladas. A mí que nunca me han gustado las princesas, y terminé viviendo en un cuento de hadas...