Qué fue de Plutón sin Copenhague

~ Capítulo 7 ~

□□□Copenhague□□□
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Me preguntaron si podía decir tu nombre sin sonreír, todavía sigo intentándolo

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Narra Moscú

Mi madre me habló en la comida sobre los vecinos nuevos.

Irónico, ¿no? Llevaban todo el día calentándome la cabeza con el mismo chico, no tenía ya suficiente con el cansancio emocional que arrastraba.

Copenhague no era para nada una carga, parecía buen chico, además de que era amable y atento conmigo, pero mis amigas no paraban de molestarme con lo mismo.

Tal vez trataban de que me olvidara de una buena vez del idiota de William, pero eso no era tan fácil, más todavía cuando llevaba dos años completamente pillada de él.

Me daba asco a mí misma por tener todos esos dramas, y seguir así cuando sabía perfectamente que no me quería, pero era demasiado paciente como para explotar y decirle que era una mala persona.

¿A quién iba a engañar? Sabía que lo seguiría buscando.

Para despejarme, puse música y dediqué mi tiempo a leer un libro. Ninguna de ambas cosas fue buena elección, la canción era Heather de Conan Gray, y el libro no estaba llamando mi atención.

Iba sobre una chica que tocaba percusión, pero no encajaba porque solo decían que era ruido. Tras eso conoció a un chico que tocaba el clarinete, el que según ella le enseñó "a mantener un ritmo constante en su vida".

Patético, absolutamente patética. Yo no estaba hecha para el amor, y a pesar de eso, intenté hacerme a él.

No me gustó para nada, era muy cliché y los protagonistas eran estúpidos en todos los sentidos.

¿Realmente era ese sentimiento el que volvía a las personas tan vulnerables? No podía creer que él hubiera dejado el que sería el concierto más importante de su vida por ella, podría haber cumplido su sueño y en cambio...

Escuché cómo mis hermanos y mi madre se iban, estaba sola de nuevo.

Dejé el libro con cuidado en la estantería, asegurándome de que todo estaba perfectamente ordenado por si venía el de tez pálida.

Creo que necesitaba un poco de compañía, pero cruelmente sabía que no la iba a tener, así que tomé mi guitarra para comenzar a tocar la canción que anteriormente había sonado en mi teléfono móvil.

Por mi propio bien, dejé de hacer sonar el rasgueo impertinente, me estaba matando por dentro, cada vez un poco más, y me seguía dando asco a mí misma, no sabía qué era peor.

Comencé a notar como mi móvil sonaba, así que lo apagué, no quería saber nada de nadie, odiaba ser así de cambiante, ya no me sentía yo, no me reconocía.

Volví a hacerme la coleta antes de levantarme, alguien había tocado la puerta, tal vez se habían olvidado algo en casa.

Pero para mi sorpresa, encontré mi mirada completamente vacía con el chico de ojos diferentes, quien parecía avergonzado por estar allí.

-¿V-Vengo en buen momento? -tartamudeó algo nervioso apoyado en el marco de la puerta.

Asentí para darle una pequeña sonrisa e invitarlo a pasar, aunque él no estaba demasiado convencido de mi respuesta.

Narra Copenhague

Tenía mis dudas sobre si realmente estaba siendo bienvenido en aquella casa. Observé las fotos colgadas en las paredes, sonreí un poco al verla cuando era pequeña, me di cuenta de que también tenía hermanos como yo, pero ella parecía la mayor, aunque decidí no hacer comentarios al respecto, no parecía de buen humor.