My King ❦ SeYeol

𝕼𝖚𝖎𝖓𝖈𝖊

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JongIn llegó, a su lado habían guardias y también pudo ver a su padre correr. El rey en ese entonces gruñó al ver a su omega tan débil en el piso. Sin ninguna duda, el rey levantó a su omega y la cargó, empezando a correr. Ambos hermanos siguieron a su padre, preocupados por su madre.

Los hermanos notaron que su padre entro a su habitación y junto a él, un señor extraño con ropas blancas. Se les había negado el acceso a la habitación, por lo que SeHun empezó a llorar. JongIn al notar eso, abrazó a su hermano menor tratando de calmarlo.

Se pusieron alertas cuando vieron a su padre salir de la habitación con un rostro triste, eso alarmó a los hermanos. El pequeño de ocho años seguía llorando, mientras JongIn se mantenía abrazándolo.

—Papá, ¿Qué le pasa a mamá? —preguntaba el pequeño cachorro de ocho años.

—No es nada, vas a ver que en menos de lo que esperes, estará jugando contigo de nuevo —su padre trataba de tranquilizarlo.

Pero la sonrisa que hizo en aquel momento el hombre, era falsa, pero el niño, no lo nota, debido a su inocencia. En cambio, quien si había notado la falsedad en esas palabras, fue JongIn.

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El grito del castaño alertó a los guardias y también a Yìxíng. Un montón de guardias corrieron a donde se había escuchado el grito del omega. El rubio llegó un poco después de ellos, pero se sorprendió al ver a su primo tirado en el suelo, en brazos de ChanYeol.

—¡Hyung! —el castaño gritó tratando de despertarlo y todos fueron conscientes de como el alfa abría los ojos, más no decía nada—. ¡Yìxíng, llama a un doctor! —siguió el castaño al sentir la frente caliente del alfa.

ChanYeol notó que un guardia se acercaba a él y a SeHun; por puro instinto, gruñó, sorprendiéndose a sí mismo. Aquel guardia se quitó su casco y ChanYeol reconoció al guardia como YiFan, sabiendo que era alguien de confianza, cargando a su rey, dirigiéndose hacia la habitación que le pertenecía a la pareja.

En tanto ChanYeol lloraba a mares, por no saber lo que le pasaba a SeHun, angustiado. El castaño vio como Yìxíng entraba y detrás de él, había un viejo alfa con vestimenta blanca, reconociéndolo al ser el doctor. Aquel alfa empezó a checar al rey de una manera lenta, impacientando al castaño.

—Parece que tiene una fiebre demasiado fuerte. Puede ser por estrés o alguna otra cosa, pero no sé que pudo ocasionar eso —suspiró el doctor—. Al menos que... ¿Es usted el omega del rey?

—S-Sí —dijo ChanYeol entre sollozos.

—¿Está usted marcado? —el alfa pregunto y el castaño negó—. Ese es el problema. Si ustedes son pareja predestinada y el rey todavía no ha podido marcarle cómo suyo, eso altera a su lobo interno, haciendo que enferme y si usted no es marcado dentro de poco tiempo, ambos caerán enfermos.

Aquellas palabras habían sorprendido al castaño. ChanYeol no era tonto, sentía la manera en la que su lobo se inquietaba si SeHun no estaba cerca y como estaba feliz cuando SeHun le prestaba atención, pero el castaño simplemente no quería llegar a esa conclusión.

El castaño lloró con mas fuerza, no sabía que hacer, todos sus pensamientos estaban en blanco. Yìxíng había decidido dejar solo a ChanYeol. El castaño ni se dio cuenta que el doctor y Lay se habían ido de aquella habitación.  ChanYeol se acercó a la cama y se acostó, pegándose casi por completo al alfa enfermo.

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SeHun despertó, dándose cuenta de que estaba en su cama, pero también se que era de noche, pues había una vela encendida y en la ventana se podía ver plena obscuridad. La puerta siendo abierta llamó su atención, dejando ver a Yìxíng, quien se sorprendió al verlo despierto.

—Lay ¿Qué paso? —el alfa preguntó con confusión.

—Te desmayaste en el jardín. Estábamos tan preocupados —el rubio se acercó a la cama.

—¿Y ChanYeol, dónde esta? —preguntó el rey.

SeHun notó que Yìxíng posó su mirada a un lado suyo y es cuando por fin se dio cuenta que el castaño estaba pegado a él, SeHun también vio que los ojos del omega estaban hinchados, confundiéndolo.

—Yeol estaba muy asustado, es quien te encontró —hablo Yìxíng al ver la confusión en su primo—. Los guardias y yo corrimos ya que ChanYeol gritó muy fuerte cuando te vio. Cuando los vimos, me di cuenta que él estaba llorando —el omega recordó como el rubio lloraba.

— ¿Él lloró? —preguntó SeHun con sorpresa.

—Sí, no se despegó ni un segundo de tu lado. De hecho, le gruñó a YiFan cuando quiso acercarse a ti —rió Lay al recordar el pequeño y casi inofensivo gruñido de ChanYeol.

—¿Y qué paso conmigo? ¿Por qué me desmayé? —preguntó SeHun queriendo olvidar el sonrojo que se instalo en su rostro al oír a su primo, pero al ver que el rostro de su primo se tornaba serio, se preocupó—. ¿Qué es? ¿Es algo malo?

—Y-Yo... creo que es mejor que te lo explique ChanYeol —dice el rubio para después salir de la habitación.

El alfa volteó a ver al castaño, que seguía profundamente dormido. El alfa sonrió al pensar que el omega se había preocupado por él, pero esa sonrisa se desvaneció al pensar en que es lo que le pasaba y porque Yìxíng no podía decirle.

ChanYeol logró despertar y se observó que estaba durmiendo pegado a SeHun, demasiado pegado, pues su rostro, se encontraba en el pecho del alfa. Con vergüenza, trató de alejarse del alfa, pero un agarre en su cintura no se lo permitió, pues el brazo del alfa lo rodeaba.

El castaño por fin se pudo zafar del agarre y cuando se paró de la cama, se fue a vestir con una camisa negra y unos pantalones del mismo color. El omega bajó hacia el comedor, tenía hambre y debía comer, pues no había comido ni cenado el día anterior.

Para cuando terminó de comer un pedazo de pan que agarro de la cocina, regresó a la habitación, y cuando llegó, lo primero que vio fue a SeHun sentado en el borde de la cama.