Care; Kyojuro Rengoku.

Uno.

La cazadora corría lo más rápido que sus piernas le permitían siguiendo a aquel cuervo que había interrumpido hace unos minutos, su pecho subía y bajaba con rapidez y sus ojos brillaban con la mayor preocupación posible.

"Hanae recogía ciertas plantas medicinales en las afueras de una ciudad a petición de Shinobu Kocho, la pilar insecto, persona a la cuál solía ayudar pues la Takumi a pesar de ser rango Kanoe destacaba más en medicina.

Mientras terminaba su tarea un cuervo surcó el cielo, la chica supo de manera instantánea supo que era uno de los cuervos de la del cuerpo de exterminación de demonios.

— ¡Rengoku Kyojuro pilar de la llama se encuentra peleando contra la tercera luna superior y necesita ayuda! — gritó el pajarraco a viva voz.

Las alarmas se encendieron en toda la mente de la kanoe, no podían darse el lujo de perder a alguien tan importante como lo era aquel pilar."

No tenía un plan estructurado, estaba actuando de manera impulsiva, pero estaba dispuesta a dar su vida por una causa mayor, la extinción de los demonios de la faz de la tierra.

Al llegar se encontró con una ávida pelea entre el pilar y aquel demonio y, a lo lejos, a un trío de cazadores heridos. La peliblanca observó como la luna demoniaca se disponía a propinarle un corte al pilar y sin dilación la chica se atravesó en la trayectoria del corte.

—¿Qué hace una humana aquí? — espetó Akaza dirigiéndose a la nueva persona que yacía frente a él.

Mas, ignorando sus palabras, esta se dirigió a Rengoku, intentando ignorar el ardor de la herida que recién le habían hecho. — Rengoku-san, he venido a dar mi vida para que pueda escapar, en este estado no está en posición de pelear.

—¿¡Qué!? ¡No planeo pelear contra una chica! — dijo el demonio, sintiéndose mal de manera interna por haber lastimado a una mujer.

—No dejaré que toque a Rengoku-san, así tenga que perecer en este instante.

El pelirosa analizó la situación, ella se veía demasiado determinada aún con el corte que recibió, por ende, no podría atacar a su oponente sin que esta se interponga, además no faltaba mucho como para que los primeros rayos de sol se dejasen ver. Chasqueó la lengua y miró con odio al pilar de las llamas.

—Tienen suerte de que esté cerca de amanecer, pero no correrán con la misma suerte de nuevo — Pronunció antes de retirarse.

—No debió interponerse de esa manera — Declaró el cazador antes de toser, dejando un charco de sangre en el suelo.

—No nos podemos dar el lujo de perder a alguien importante como usted.

Hanae comenzó a buscar de manera apresurada en el bolso que cargaba, el cual tenía algunos elementos de primeros auxilios en caso de emergencia, eso serviría hasta que él sea llevado a la finca mariposa donde podrá ser tratado con más cuidado.

Kyojuro no volvió a emitir palabra, era consciente de que ella decía la verdad, aunque fuese en contra de su moral mas no tenía fuerzas para refutar ni para nada más, cayendo inconsciente en los brazos de la peliblanca.