Tres.

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Rengoku se encontraba sentado en su camilla, despabilado por la vista que ofrecía el patio de aquella finca a través de la ventana de aquella habitación y mientras los ojos del rubio observaban los pétalos de las flores de cerezo caer suavemente d...

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Rengoku se encontraba sentado en su camilla, despabilado por la vista que ofrecía el patio de aquella finca a través de la ventana de aquella habitación y mientras los ojos del rubio observaban los pétalos de las flores de cerezo caer suavemente dejándose mecer por el viento alguien más entró.

—Personalmente pienso que las flores de cerezo representan lo efímero ¿no lo crees? Se abre una noche, florece unos días y desaparece para siempre sin que se pueda detener — Expresó la recién llegada con una sonrisa un tanto melancólica.

Sin saber si era por continuar su pensamiento o por sus ideales el contrario respondió: — ¿No es eso lo que hace bellas a las flores de cerezo? Porque estuvieron ahí, porque en un momento no estarán y hay que disfrutarlas, también pienso eso de la vida.

La chica se sorprendió por la respuesta y Kyojuro no sabe si vio mal, pero parecía como si la tristeza que alumbraba a su rostro por un momento desapareció.

—Pues espero que se recupere pronto para que pueda verlas desde más cerca — dijo cambiando de tema Hanae — y para hacerlo le traje la medicina y un poco de comida.

Rengoku miró el cuenco, una sopa se encontraba dentro y al lado del plato dos pequeños onigiris.

—Siempre me pregunté quien cocinaba la comida que me traes ¿eres tú?

—Sí, soy yo… ¿Hay algo mal con la comida, Rengoku-san? Si hay algo malo puedo cambiarlo… o podría dejar que la-

No pudo terminar su oración pues fue interrumpida por Kyojuro. —No, está perfecto, solo quería agradecer.

El chico comenzó a reír y poco a poco la chica se unió a su risa.

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Luego de que Hanae se había retirado de la habitación el pilar se durmió mas fue despertado por una discusión que tomaba lugar en el pasillo contiguo.

—Ya te he dicho que no eres una molestia aquí, Hanae-chan. Puedes quedarte cuanto tiempo quieras, ayudas mucho cuando estás — se pudo escuchar la suave voz de la pilar insecto.

—¡No debería ser así, pero soy tan inútil que tengo años atrapada en mi rango!

La voz de Hanae se escuchaba quebrada y por alguna razón eso le dolía a Rengoku.

—No eres inútil Hanae, hasta salvaste a Rengoku ¿no es eso algo increíble?

—¡Yo no hice nada más que aparecer!

Después no se escucharon mas palabras, solo el sonido de los sollozos de la menor.

Sollozos lamentando no ser suficiente.

Sollozos lamentando no ser suficiente

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Nota qlia de la autora ❤:

Este cap me quedó más corto porque me quería centrar en que se diera a notar como piensa y como se siente Hanae, me quedó del qlo pero na, valol. 😔

Por cierto, si alguno, de los pocos que leen este libro, se sienten inútiles o están pasando por una situación difícil son bienvenidos a hablarme, tal vez no pueda ayudar mucho, pero desahogarnos nos hace sentir un poco mejor ¿no?

Besitos, muak

Care; Kyojuro Rengoku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora