Capitulo 36🔥

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Leila Gucci.


La voz ronca y profunda de Lucifer en mi oído, hacia que todo mi cuerpo arda al sentir su aliento. Mi corazón comenzó a latir con más fuerza. Era raro sentir esto.

Mi mente estaba en blanco. Él agarro mis muñecas y las apoyo en la pared cerca de mi rostro. Y pego su pecho en mi espalda, podía sentir su respiración acelerada.

Su nariz rozaba mi cuello haciendo un recorrido hasta mi hombro desnudo, y me dio una pequeña mordida. Mi cuerpo reacciono a ese tacto y separe mis piernas en el momento.

«Déjate llevar»

Me pedía esa voz. Pero, ¿como era posible eso? ¿De donde venia esta tensión por su tacto?

Lucifer dejaba besos húmedos en mi hombro subiendo lentamente a mi cuello y volviendo a morder suave mi lóbulo. Y sin poder evitarlo solté un jadeo.

—No hagas eso  —me susurra con su voz ronca. Que hacía me despertaba ese lado pervertido queriendo más de él.

—Tú lo provocas  —solté jadeando. Él apretó su agarre en mis muñecas, y con sus recorrió mis brazos, llegando a mis hombros y bajando hasta mi cintura donde volvió apretarme. De nuevo un jadeo salió de mis labios.

Mi respiración cada vez era más cortante y mi corazón dio un vuelco. Un anhelo broto en mi interior. El deseo por que me siguiera tocando. Sentía una tentación por tocarlo a él y cometer cualquier pecado.

Pero Lucifer rompió esa tensión, esa aire caliente que estaba entre nosotros al separarse de mi. Haciendo que mi cuerpo se sintiera frío y añoraba por que él vuelva a tocarlo.

¿Desde cuando era una sumisa?

Voltee para verlo y estábamos a unos pasos del otro. Él saco algo de su bolsillo que cubría con su mano. Mire curiosa ese objeto que tenía y volví mi vista a sus ojos.

—¿Como supiste en donde vivo?

Él me da una sonrisa ladina. 

«Nos esta provocando, aun sigue siendo nuestra tentación»

—Solo vine a traerte un recuerdo  —dice, se acerca a mi y toma una mano mía, antes de dejar ese objeto en ella, me mira  —, esto es solo una ayuda. No lo veas de forma cruel o que miento. Pronto me veras por lo que realmente soy para ti.

Arrugó mis cejas y él deja ese objeto pero no miro que es. Mis ojos están en él, detallando su rostro. Un rostro tan familiar, uno que he visto pero no recuerdo nada.

Lucifer coloca una mano en mi mejilla, acariciando mi pómulo. Y otra vez siento ese contacto familiar, esa sensación de haberlo vivido, sentir esa electricidad y cosquilleo dentro de mi.

—Siempre cuidaré de ti.

Y con eso se marcha. Sus palabras se quedan girando en mi mente. ¿Qué fue aquello? Él ya no esta, bajo por el balcón.

Miro lo que esta en mi mano y noto una muñeca pequeña. Tiene el cabello negro, sus ojos son de botón uno claro y otro negro, y tiene un vestido con una L en su pecho. Mi corazón late más rápido.

No puede ser.

Mis ojos se llenan de lagrimas sin comprenderlo y siento una presión en mi pecho. Tengo un nudo en la garganta que no me deja pasar saliva, ni poder decir una palabra. Mi cabeza comienza a doler, trayendo imágenes a ella.

𝗢𝗌𝖼𝗎𝗋𝖺 𝗧𝖾𝗇𝗍𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora