Capitulo 42🔥

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Capitulo 42: Una verdad a Medias.

Maratón 1/3

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Lucy.

Me pongo los lentes de sol y camino hacía el living, limpiando mis manos con un paño húmedo la sangre de aquel bastardo que se hace llamar Padre.

Me encuentro aquel pelirrojo que Leila defiendo horas atrás, esta sentado en el sillón fumando un cigarrillo serio mirando hacía otro lado.

Me quedo en mi lugar viéndolo, su tatuaje en la mano de aquella ave me hace acordar de Pilo y mi progenitor. Solamente que él la tiene en su mano.

Esta de perfil a mi y sus facciones me recuerdan a alguien, paro de limpiarme las manos para prestarle atención al pelirrojo y este al parecer se percata de mi presencia, que apaga el cigarrillo y me da una sonrisa de costado.

— ¿Algún problema, melliza Gucci?  —me pregunta, su voz fue ronca y me pareció familiar. Niego con la cabeza por aquellas ideas, no debo perder mis estribos, mi mente me debe estar jugando una mala pasada.

—Eres el primero que sabe diferenciarnos con mi hermana  —le comento dando unos pasos a él,  — ¿Eres el juego de Leila?

Él suelta una risa ronca por lo bajo y niega, volviendo su vista a la mía.

—Si fuera un juego de ella, hubiera dejado que Nicolás me dispare. Leila no pierde el tiempo con alguien sino puede sacar provecho de ello.

Asiento dándole la razón, al parecer este sujeto si sabe lo que es Leila Gucci.

Me detengo quedando frente a él, separados por la mini mesada. Sigo limpiando mis manos mientras lo observo mejor.

«De algún lado lo tengo visto»

— ¿Pasa algo, Lucy? —me pregunta y me detengo abruptamente observándolo con cautela,  — ¿Por qué me miras tanto?

—Demasiadas preguntas, Santini.

Respondo y él sigue mirándome con una sonrisa de costado, no se inmutó por lo que dije.

—Ese no es mi apellido, Lucinda Gucci.

—Pero sabes de quién hablo, ¿no?

El pelirrojo vuelve a soltar una risa por lo bajo, entrelaza sus dedos apoyando sus codos en sus rodillas. 

—La fama de las mujeres Gucci, por supuesto que la sé. Mujeres de belleza insuperables, vuelve loco a cualquiera y aún más cuando te atreves a hablarles.

Cruzo mis brazos sobre mi pecho y ajusto los lentes que tengo.

—Tu nombre.

—Lucían.

Me pongo de cuclillas frente a él, y coloco mis codos en la mesada mirándolo fijamente.

—Descubriré quien mierda eres, con mi hermana no jugaras. Tú rostro lo he visto en algún lado y cuando lo descubra, ya veras de lo que dicen por la Red Oscura.

𝗢𝗌𝖼𝗎𝗋𝖺 𝗧𝖾𝗇𝗍𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora