Capitulo 49: Origen y Confesiones.
Maratón 3/4
🔥
Extra: Pierce D'Angelo.
Camino hacía la oficina de Patrick, escucho sus gritos desde afuera de su oficina. Sigue con su ladrido en vez de ir por el talón de Aquiles de Leila... Lucy.
Mi chica Verano, había decidido unirme para ayudar a Lucifer a estar cerca de Leila, pero fracase y eso él no me lo perdono. No mato pero si me marco. Sé bien que con él no es tipo con quien gustes meterte, a menos que lo iguales de locura y seas un temerario.
Entro sin que nadie me preste atención, en lo de ser un fantasma, soy demasiado bueno. Me coloco en un rincón de la oficina, mientras el francés sigue y sigue con sus ladridos pero es como dicen; Perro que Ladra, no muerde.
Los demás hombres lo ven como alguien por quien debes de temer, pero los cercanos sabemos que solo es un cachorro asustado viendo al verdadero Perro, en este caso, Perra.
—Quiero que reúnan a los mejores hombres, mañana atacaremos a esa maldita puta —exclama con odio. —Quiero a cada uno de ustedes, listos para atacarla, ¡La quiero muerta!
Todos los demás asienten pero noto que hay uno que lo mira con odio, sus hombros se ven tensos al igual que sus brazos. Ladeó la cabeza para ver a ese Thomas, no me parece alguien en quien confiar, ya que aquella noche, casi me mata cuando intente aniquilar a Leila.
— ¡Quiero la cabeza del maldito lucifer que me traiciono! —grita Patrick, — ¡Mato a mi hijo con su zorra! ¡Y eso no se lo perdonaré! ¡Se dejo engatusar con esa pu...!
Y pasa lo que venía pensando, aquel alemán inserta su puño en la cara del francés. Todos los demás se sorprenden y se quedan inmóviles mientras aquel castaño, toma a Patrick del traje.
No escucho lo que dice pero fue lo suficientemente duro como para dejarlo caer cuando lo suelta e irse del lugar hecho una furia. Patrick pide a todos que se larguen y me quedo ahí, parado.
—Sigues decepcionando, Patrick —digo, jugando con mi encendedor en la mano. — ¿Qué debo hacer contigo? ¿Matarte? ¿Hundirte en la quiebra?
—Pierce...
Hago shh con mi dedo índice, me encanta ver el temor que me tiene este saco de papa, enciendo un cigarrillo y le doy una calada profunda. Tomándome mi tiempo en exhalar el humo, y miro al viejo.
—Yo seré quién de el golpe ahora —determino. —Estas tardando tanto en acabarla, no se si es porque te la quieres follar o en serio le tienes terror a Leila.
—No digas su nombre.
Saco el cigarrillo de mis labios luego de haber inspirado y me acerco a él, este retrocede y cae en su sofá.
— ¿Cómo dices?
—Que no... no digas... su nom-nombre.
Acerco mi cigarrillo a su mejilla sin tocarlo aún.
—Ahora estoy a cargo yo, tú te quedarás como el perro bueno que eres y no dirás, ni harás nada —digo, con una sonrisa —Yo mismo te traeré a Leila.
Me alejo de él y me encaminó hacía la puerta, al abrirla me encuentro con el Alemán. Este me mira con repulsión y yo detallo su rostro, no olvido lo que hizo cuando intente agarrar a Lucy.
— ¿Acaso te gusto? Quítate —su voz sale segura y no tiene el porte de antes. Su cabello esta algo desordenado y no tiene esa aura sangrienta y siniestra de antes, pero si demanda poder y seguridad.
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𝗢𝗌𝖼𝗎𝗋𝖺 𝗧𝖾𝗇𝗍𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇 ©
AléatoireLas historias se cruzan en el punto de quiebre que dejaron los Originales tiempo atrás, provocando que el espejo se rompa. Soltando tres retazos de vidrios, que fundaran un imperio. La primera Generación comienza su recorrido dejando secretos, menti...