Capitulo 37🔥

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Capitulo 37: El pasado.

Maratón 1/2

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Blas.

Vamos Blas —vuelve a insistir  —, debo curar tu herida de bala.

La miro de reojo.

—Ya esta curada —digo molesto, me coloco la polera negra y la miro  —, puedo mover bien el hombro, ya no me duele como en estos días.

Celine se cruza de brazos mirándome seria y repiqueteo la punta de su pie.

—Eres un testarudo  —dice, alza su manos rendida  —, bien, te den. Vayamos a cenar.

La sigo fuera de la habitación que me dieron. Aun no me acostumbro a estar en esta casa con Megan, Nicolás y Celine. Es extraño de cierta manera.

Bajamos las escaleras y pasamos por la sala donde escuchamos los gritos de Megan. La rubia camina rápido hacia el Living y yo la sigo frunciendo el ceño.

—¡¿Quién mierda te crees para insultarla?! —escuchamos gritar a Megan, —¡Recuerda quien puta eres antes de meterte con ella! ¡Tú no eres más que un jodido estorbo en la vida de mis niñas! ¡¿Es que no piensas antes de hacer las cosas imbécil?!

Nos detenemos en el marco de la puerta al ver a Nicolás vendarse el brazo.

—¿Qué paso? —pregunta Celine, caminando hacía su padre.

—Lina fallo los tiros, en vez de darle en la cabeza, le dio el brazo —dice Megan molesta, alejándose de ellos dos —, fíjate y curalo, es tu puto Padre al fin y al cabo.

Se acerca a mi y toma mi brazo sano bruscamente.

—Vayamos a cenar nosotros, Blas.

Me suelta en el pasillo y vamos al Comedor. La ama de llaves ya había servido la cena, nos sentamos uno frente al otro.

La comida de la ama de llaves era realmente muy buena. Mire de reojo a Megan que se agarraba su cabeza apoyando los codos a los costados del plato.

—¿Estas bien? —pregunto limpiando mi boca con la servilleta.

Ella niega con la cabeza, suelta un suspiro, se endereza en su lugar, y comienza a cortar la carne y me mira.

—¿Como estas del brazo?

—Mejor.

Ella asiente con una vaga sonrisa y come en silencio. Pasan unos minutos y decido romper el silencio.

—¿Eres pariente de Nicolás?  —murmuró.

Ella toma un sorbo de agua en la copa y se cruza de brazos sobre la mesa.

—Es... mi cuñado —contesta, —y como ya pudiste comprobarlo, no nos llevamos bien y es un completo idiota.

Asiento y tomo un poco de agua.

—Algo bueno hizo —comento y ella me mira arrugando sus cejas rubias —, eres la Madrina sus hijas, algo bueno puedes sacar de él.

Ella alza las cejas sorprendida y suelta una carcajada.

—No, querido —dice, vuelve a reír. De un momento a otro me mira seria, como si algo la molestara,  —lo único bueno que hizo fue alejarse de mis niñas, y darme la custodia completa de Celine. Nada bueno sale de Nicolás, es como un jodido grano en el culo.

La miro sorprendido y carraspeó.

—No se puede elegir los padres, lamentablemente  —comento por lo bajo, mirando mi plato —, y yo de eso lo se muy bien. Mi madre nos abandono y nos dejo con un borracho.

𝗢𝗌𝖼𝗎𝗋𝖺 𝗧𝖾𝗇𝗍𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora