Destinados A Algo Más

Capitúlo 6

Felipe
No había hablado en todo el día y tampoco tenía ganas de hacerlo. Desde que le pedí a Silvia que le preguntara a Tífani de que manera me veía y al parecer los resultados no fueron gratos...
Iba caminando por la calle y vi una tienda lo cual significaba que era hora de fumar un cigarrillo. Ya se me habían acabado en la última fiesta a la que fui y necesitaba ya otro. Amaba la forma en que sentía como el aire caliente de aquellos cigarros entraran en mi y siempre me a encantado sentir cosas calientes...
Me acercaba a la tienda y antes de cruzar la pista el semáforo cambio a verde y los carros avanzaron lo cual evitó mi paso. No solo necesitaba el cigarro porque ya me urgía sino también porque estaba deprimido. Dios... Hace cuando que quiero a Tífani, ¿4 años? Creo que si aproximadamente y además ella fue la primera persona que me habrío los brazos cuando entre al instituto...
Flashback Felipe
Maldita sea... Otra escuela en otra ciudad... ¡Agh! Ya estaba arto de esto y ademas otra ciudad mas aguantando a mi medio hermano... Ese bastardo... Todavía que es problema de mis padres me arrastran a mi con ellos. ¡Me hubieran dejado en Arequipa! Y me hubiese quedado tranquilente con mi tía pero claro no... Porque no creen que sea lo suficientemente maduro y creen que la voy a cagar...
- ¡Felipe!-me golpearon el hombro.
- Que mier...-me calmé- ¿que quieres Antonio?
- Ya llegamos a mí colegio... Solo quería despedirme y desearte un buen día...
- Yaya esta bien. Ya largate a tus clases.-Antonio se baja del auto.
- ¡Felipe!-dijo mi madre algo enojada. Hora de echarme la bronca...
-¿Qué?
- No le hables así a tu hermano.
- Ese no es mi hermano-dijo enojado y muy indiferente mientras mi mamá arrancaba y me llevaba al instituto que quedaba a dos cuadras.
- Hijo... Sabes que su madre murió cuando el tenía 3 años... Además si es tu hermano, de parte de tu padre pero lo es.
- Medio hermano-corregí.
- Bueno, medio hermano, pero ambos tienen la sangre de tu padre y el te quiere a pesar de todo.
Ya habíamos llegado a mi instituto. Era muy grande pero tenía una fea estructura y parecía una cárcel. Entre con mi madre y habían otros chicos y chicas ingresando por la puerta de alumnos.
- Chau-dije secó.
- Te quiero.- esas palabras de mi madre me calmaron y ingrese al instituto.
- Disculpe-pregunte a una maestra- ¿donde queda el aula 405?
- De frente y a la izquierda joven.
- Gracias. 
- Fui caminando y vi a dos chicas hablando en un banquito. Una de ellas tenia el pelo corto y usaba lentes. Pero la otra... Tenia el pelo largo y muy negro, era de piel blanca. No les tome mucha importancia y segui mi camino hasta que alguien me jalo de la mochila