IV. Regresión

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Aquel teléfono era un tanto diferente a los demás ya que estaba adaptado para que SeHun pudiese manejarlo. El aparato tenía la capacidad de repetir en voz alta los contactos que él especificase, y en ese caso, marcó el de BaekHyun. La voz era monótona y simplemente repetía un nombre ordinario, pero para SeHun era especial. Le gustaba cómo la máquina lo decía a pesar de que esta hablase sin emoción.

Tardó una semana entera en animarse a llamar a BaekHyun y pedirle una cita. Finalmente tomó fuerzas de algún lado y no se arrepintió.

—Wow, SeHun, luces muy bien —le había dicho BaekHyun cuando se encontraron en la dirección que habían acordado, delante de un cine.

—Tú también —bromeó antes de enganchar su brazo al de BaekHyun y dejar que lo guiara.

Vieron una película mientras hacían algunos comentarios sobre ella y comían palomitas de maíz. Que SeHun fuese ciego no le impedía escuchar lo que ocurría y BaekHyun lo ayudaba a no perderse la trama cuando había alguna escena silenciosa, describiéndole lo que sucedía.

—Gracias por ayudarme a no perderme —le dijo con sinceridad una vez que la película terminó y ellos salieron del cine.

—¿Creíste que iba a dejarte solo entendiendo la película?

—Puede ser.

—Me conoces poco, SeHun —se burló el joven, tomándolo de la mano para arrastrarlo lejos de ahí.

Comieron en un puesto callejero comida bien calentita y disfrutaron del aguanieve cayendo a veces cuando caminaban de un techo a otro para cubrirse. Se reían como dos jóvenes adolescentes y tuvieron una muy bonita velada que había finalizado con un dulce abrazo.

—La pasé muy bien hoy —admitió BaekHyun mientras esperaban el taxi que llevaría a SeHun hasta su casa—. Gracias por esta bonita noche.

—Gracias a ti, BaekHyun. Me gusta mucho tu compañía.

—¿Salimos pronto de nuevo?

—Estaría encantado.

Y las contó porque fueron inolvidables. Seis citas esporádicas siguieron luego de aquella despedida, e incluso ocurrieron varios encuentros casuales en aquel parque en el que se habían cruzado por primera vez. Nada ocurrió durante las primeras tres citas formales y esos encuentros entre tanto, pero SeHun estaba seguro de que había química entre ambos. Los coqueteos y comentarios picantes del joven le producían una sensación cálida en su pecho, al igual que las charlas interminables sobre cualquier tema.

Durante esas citas, varias veces hablaron sobre su trabajo y él siempre se mantenía misterioso, a pesar de que tenía la gran sospecha de que BaekHyun ya había descubierto que él era Oshie. Tal vez no le importaba, porque con él sentía que no necesitaba ocultarse. El bajito no iba a juzgarlo, lo sabía por lo que había llegado a conocer de él. Asimismo, él también lo había bombardeado con un par de preguntas sobre su carrera secreta como cantante, sin embargo, el joven no se dio por aludido o al menos no se notó en su voz.

Lo que más ansiaba ocurrió en la cuarta cita. SeHun se había calmado en aquellos instantes del ataque de risa que le dio cuando BaekHyun le contó una anécdota de pequeño. En un segundo, los brazos del joven lo rodearon por el cuello y lo atrajo hacia él, para que segundos después unos labios delicados y dulces impactaran con los suyos; fue algo tan suave e intenso, que se sintió caer a pesar de estar sentado en una silla de ese pequeño local de pastelería.

Cuando se separaron, BaekHyun le dijo que el taxi que había pedido para él ya estaba esperándolo afuera y se despidió con un pequeño y tierno abrazo antes de ayudarlo a subir al coche, además de un beso en la nariz que lo dejó alucinando.

Los Otros Sentidos ✎ SeBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora