VII. Una Nueva Estrella

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Era una mañana cálida de primavera en la que BaekHyun aún dormía en la amplia cama de su hogar. SeHun continuaba despierto desde el día anterior, remoloneando junto a él, impaciente por la llamada que esperaba recibir aquel día. No logró conciliar el sueño durante toda la noche, a pesar del canto arrullador de su amado y las caricias en el cabello que en cualquier otra ocasión podrían haberlo hecho dormir al instante.

—Buen día. —Escuchó la voz ronca del recién despierto, mientras lo rodeaba con sus brazos—. Luces realmente serio hoy.

SeHun bufó.

—No han llamado.

—Son las ocho de la mañana, amor —musitó con su aliento cálido contra su cuello, haciendo que se le erizara la piel—. Aún queda todo el día para que lo hagan.

—¿Y si no lo hacen? —dijo desesperado.

—Lo harán mañana.

—¡Mañana es sábado!

—Entonces el lunes —respondió con parsimonia el menor, acariciando su abdomen.

—Eres demasiado paciente, Byun BaekHyun. No sé cómo conseguiste dormir en toda la noche.

—¿Acaso no has dormido? —exclamó el hombre, irguiéndose en la cama—. Oh SeHun, eso está muy mal.

Ante la reprimenda, este se encogió de hombros, sabiendo que tenía razón. Los labios del hombre se posaron sobre los suyos antes de que pudiera decir nada.

—Tranquilo, SeHunnie. Ya llamarán. Independientemente de lo que digan, tú y yo no dejaremos de estar juntos.

—Eso lo sé.

—Tranquilízate —musitó mientras le hacía algunos masajes en los hombros, cosa que lo relajó bastante.

—Lo siento, pero ya sabes cómo me pone todo este tema. De verdad, sólo quiero que todo salga bien... —En ese instante, el teléfono sonó, alertándolos a ambos.

—¿¡Dónde lo dejaste!? —gritó BaekHyun, levantándose de golpe de la cama.

—¡En el living!

El teléfono dejó de sonar y sólo se escuchaban murmullos desde fuera del cuarto. SeHun se levantó con fatiga de la cama, caminando con cuidado de no chocar con alguna pertenencia de la reciente mudanza a la casa de BaekHyun. Cuando llegó al living, el silencio era interrumpido por unos pequeños llantos.

—¿Baekkie? —preguntó, dudoso.

—SeHun... —Hizo una pausa dramática. El corazón del hombre latía a toda velocidad, atento a la respuesta—. ¡Me han aceptado! ¡Comienzo el jueves próximo!

Un sentimiento de satisfacción lo llenó por completo. Estaba tan orgulloso de él, por fin había decidido cumplir su sueño y él tenía la suerte y orgullo de haberlo acompañado durante aquel duro proceso en el que muchas veces fue rechazado por empresas que despreciaban su maravilloso talento como cantante.

—¡Mierda, eso es increíble! —Se dejó guiar con la voz para acercarse al joven, sentado ahora en el sofá—. Al fin las personas conocerán una nueva estrella. Serás una luz en la vida de muchas personas, estoy seguro.

—Sólo necesito ser tu luz —respondió con suavidad el joven, mientras lo recibía con suavidad para ayudarlo a sentarse a su lado.

Se abrazaron por varios minutos, cada uno ensimismados en sus pensamientos y al mismo tiempo disfrutando de la compañía del otro.

—BaekHyun, tengo algo para decirte —soltó SeHun separándose de su novio. El ambiente se tornó serio en un segundo.

—Suéltalo.

—Bueno, ahora que te han aceptado en esta empresa y comenzarás a prepararte para tu debut, vamos a estar más tiempo separados.

—Eso lo sé, pero no será tan terrible. Tú también te encierras a veces para escribir... ¿Qué estás buscando? —Detuvo su habla al verlo un tanto desesperado tocarse los costados del cuerpo.

SeHun tanteó el bolsillo del pantalón del piyama hasta que encontró la pequeña cajita que guardaba desde el día en que BaekHyun hizo la audición para aquella empresa. Se había decidido a comprarla, independientemente de cuál llegara a ser la respuesta de los jueces. Cuando sintió aquel anillo de plata con una pequeña joya incrustada, supo que aquella era la indicada para darle a su amado.

—Sé que puede parecer pronto porque te has mudado hace poco, pero... ¿te casarías con este loco enamorado? —susurró, enseñándole la caja aterciopelada ahora abierta.

El hombre soltó un pequeño gemido y SeHun supo que estaba llorando.

—Sí, sí, quiero —dijo uniendo los labios con los suyos—. Te amo, te amo, te amo.

—Yo mucho más.

Tiempo después, ambos se encontraban recostados en la cama abrazados el uno al otro, completamente desnudos y perlados en sudor. Cada uno escuchaba en silencio la respiración del contrario mientras trataban de acompasar su ritmo cardíaco con ayuda de la pequeña brisa primaveral que entraba por la ventana.

—¿Significa que vamos a poder adoptar un niño? —preguntó BaekHyun con ilusión, acariciando el pecho desnudo del mayor. Al parecer no le bastaba con todos los que veía en el jardín de infantes.

—Hum... Tengo que considerarlo. Si voy a tener que esperar tanto como lo hice estos últimos meses, no lo creo —pronunció SeHun con tono burlón.

—No seas así —gimoteó su prometido.

SeHun le dio un beso en la sien antes de volver a colocarse sobre él.

—Déjame tenerte unos años sólo para mí, BaekHyun. Luego podemos adoptar dos niños si eso es lo que quieres.

Y fue así como dos años después aparecieron por su casa los pequeños SeulGi y HyunJae...

—¡SeulGi, no es momento para que te metas en la cama... papá y yo estamos en un momento serio de amor! —exclamó BaekHyun, cubriéndolos a ambos con la frazada a pesar de que ella no podía verlos.

SeHun se desplomó abatido sobre el cuerpo de BaekHyun, quien ahogó un gemido. Se mantuvo en silencio esperando a que su esposo se hiciera cargo de la situación puesto que él no podía ni hablar.

—Pero si sólo lloraban... —contestó la pequeña SeulGi, angustiada, tironeando de la frazada de la cama—. En especial tú papi Baekkie, parecías sufrir mucho... ¿Te duele?

—No pequeña, papá está bien. Las personas pueden llorar de felicidad, ¿sabes? Llorar no es algo malo. Excepto por caprichos, claro —añadió cuando sintió un pellizco de SeHun en su trasero. Le clavó las uñas en la espalda a modo de venganza y SeHun ahogó un gemido contra su cuello.

—¿Y papi lloraba de felicidad? —preguntó la niña. Ya no se advertía preocupación en su voz.

—Claro que sí pequeña, papi está muy contento de tener una familia muy bonita. Ahora, ayuda a HyunJae a encender la tele que hoy hay una maratón de los Power Rangers. Pon el volumen alto, ¿está bien?

—¡Genial!

Ella salió entusiasmada, tanteando alrededor con sus pequeñas manitas y finalmente la puerta se cerró. Ambos soltaron una gran carcajada.

—Creo que estoy enamorado de nuestra familia —declaró SeHun, abrazando el cuerpo de su amado con total devoción.

—Pues es simplemente perfecta.

Los Otros Sentidos ✎ SeBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora