🕰 • 𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐉𝐚𝐞𝐛𝐞𝐨𝐦 𝐈𝐈𝐈

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Epílogo II

ㅡ Youngjae, ahora necesitamos que estés muy tranquilo y consiente de lo que va a ocurrir, ¿Bien? ㅡpreguntó el médico tomando unas enormes tijeras para luego voltearse hacia Youngjae.

Youngjae sólo asintió mientras apretaba los labios.

Ya era hora.

Este era el momento que llevaba treinta y ocho horas esperando desde que entré a este maldito hospital. Youngjae estaba sentado bien derecho sobre la blanca camilla tapando sus piernas con una sábana blanca, presionándola entre sus dedos, asustado. Una bata de hospital cubría su cuerpo y tenía una venda de gasa blanca que rodeaba su cabeza varias veces impidiéndole ver.

Si es que puede hacerlo.

Apreté los puños de mi polerón fuertemente entre mis dedos conteniéndome de ir a consolarlo, rodearlo con mis brazos y protegerlo de todo. Bambam había creído que era mejor no decirle que yo estaba aquí hasta más tarde, ya que si lo sabía, se iba a poner más nervioso y se iba a desesperar. Y nosotros no queríamos que eso pasara.

ㅡ Bien, ahora quédate muy quieto, esto no va a dolerte nada ㅡel médico procedió a poner las tijeras bajo la gasa y luego cortarla lentamente, sin dejar que cayera de los ojos de Youngjaeㅡ Enfermera ㅡllamó el hombre seriamente a una muchacha delgada y menuda que lo había estado asistiendo en todo momento.

La chica asintió entendiendo al acto y comenzó a desenvolver la cabeza de Youngjae con mucho cuidado y mucha paciencia, hasta el punto en que la gasa cayó y sólo quedaron sobre los ojos de Youngjae dos parches que le impedían ver más allá de ellos.

ㅡ Las ventanas ㅡindicó el doctor con un movimiento vago de sus manos a la muchacha que corrió a cerrar las cortinas para que así la poca luz solar no entrara por ellas, y de paso, apagó dos de las tres luces encendidas en la habitación.

Las manos me sudaban de una manera impresionante y quería ponerme a llorar. La tensión del ambiente podría haberse cortado con un cuchillo para mantequilla, todos conteníamos el aliento.

Youngjae se veía tan inocente allí sentado, a la espera de lo que tuviera que pasar... su cabello revuelto delataba que acababa de despertar hace pocos minutos, tenía las mejillas sonrojadas dándole un aire infantil y jugueteaba con sus dedos nerviosamente.

Es tan difícil verte de esta manera, cariño.

La enfermera preparó una pequeña bandeja metálica y el médico le hizo una seña con la mano indicándole que era el momento de saber el resultado.

Bambam apretaba fuertemente mi mano a uno de mis lados y la de Mark del otro mientras lloraba en silencio. Mark por su lado permanecía con la vista fija en Youngjae, prácticamente sin pestañear, apretando entre sus dedos también la mano de su novio.

La enfermera movió sus pequeñas manos revoloteando alrededor de los ojos de Youngjae y le puso una especie de líquido como vaselina sobre el pegamento de los parches para luego proceder a empezar a quitarlos lentamente.

ㅡ Necesito que mantengas los ojos cerrados hasta que te quitemos los parches, ¿entendido, Youngjae? ㅡle preguntó y él asintió a las palabras del médico, soltó un pequeño quejido cuando la chica comenzó a retirar suavemente los parches de sus ojos.

Una vez liberado uno de ellos, sus párpados quedaron expuestos al exterior, dejando ver unas hermosas pestañas cortas y sus ojos enrojecidos y ligeramente machucados.

ㅡ Ahora, Youngjae, a la cuenta de tres abrirás los ojos y nos dirás qué es lo que ocurre, ¿sí?

ㅡ S-sí... ㅡese pequeño susurro hizo que me paralizara por completo.

[ғᴀɴғɪᴄ] ¡ 𝐁𝐮𝐞𝐧𝐨𝐬 𝐃𝐢𝐚𝐬 𝐉𝐚𝐞𝐛𝐞𝐨𝐦 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐠! • 2ᴊᴀᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora