XII

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Ambos cuerpos estaban parados frente a la ventana, gracias a la luz de la luna lo único que se podía apreciar era la silueta de dos cuerpos muy pegados. Entre ellos se miraban con la respiración agitada y el corazón acelerado, había algo en los ojos del otro que no podían terminar de descifrar pero si de algo estaban seguros era que querían averiguar qué era eso. Alan soltó la muñeca de Andrea que tenía aprisionada en su mano, pero esa mano paso a su cintura de manera temerosa, como si estuviera pidiendo permiso en silencio para llevar a cabo esa acción, y su otra mano viajó hasta la nuca de la castaña quien parecía estar petrificada, pues no se había movido ni un milímetro.

Sentir la mano del castaño en su nuca había hecho que la piel de todo su cuerpo se le erizara y una corriente llegase a la parte baja de su abdomen, se sintió desfallecer cuando Alan corto la distancia entre ellos y junto sus labios en un beso, cerró los ojos y se dejó llevar por las sensaciones que experimentaba en ese momento, sus manos viajaron a la ancha espalda del hombre pegándole (si es que eso aún era posible) más a ella.

Aquel beso no era como los compartidos, este estaba cargado de algo más, era demandante, apasionado y en el ambiente se podía notar como poco a poco la temperatura iba subiendo haciendo cada vez más sofocado aquella unión.

Ambas manos de Alan bajaron hasta posarse en las caderas de Andrea y presionaron levemente haciendo que la chica emitiera un sonido de satisfacción.


-mmh- al escuchar aquello el castaño se sintió perdido en el deseo.


Ambos se separaron para llenar sus pulmones de aire, las mejillas de ambos se encontraban sonrojadas, se miraron, en aquellos pares de ojos ardía una llama incontrolable que tanto el uno como el otro conocían más que bien.

Sintiendo como la sangre se acumulaba en cierta parte de su cuerpo, el castaño se aventuró a posar sus labios en el cuello de la castaña, haciéndola encajar sus uñas en la espalda.


-ahh- salió de Andrea de manera involuntaria mientras ella se dejaba llevar ¿A quien le mentía? Quería que aquello sucediera tanto como él.


Alan comenzó a mover su cuerpo con pasos lentos, sabiendo que lo que vendría después era ya inevitable la castaña bajó sus manos hasta el borde de la sudadera del hombre, sacando una sonrisa ladina del él, quien dejó el cuello para dirigir sus manos a su sudadera y de una vez por todas sacársela dejándola tirada por alguna parte de la estancia.


-si no estas segura solo dímelo ahora que aun me puedo detener Andrea- dijo agitado el castaño, como respuesta la chica dio un pequeño brinco para enredar sus piernas alrededor de las caderas del hombre y sus brazos alrededor de su cuello para después besarlo con ímpetu.

-quiero esto tanto como tú, Rickman, ahora deja de parlotear y llévame a la cama ¿Quieres?- susurro ella poniendo mas duro al hombre, quien no vaciló en caminar con ella por el departamento hasta llegar a la habitación de este.



Con algo de torpeza abrió la puerta y la cerro detrás de si con el pie, las manos de Andrea jugaban con el cabello del hombre mientras él la besaba y con su lengua pedía acceso a la cavidad bucal de la chica, quien al notar las intenciones de su amante abrió la boca comenzado así un beso mas que apasionado y erótico.

Sin despegar sus labios de los del castaño Andrea bajó de él, Alan llevó sus manos debajo de la sudadera y la blusa de la castaña, quien al sentir cuál era el propósito del hombre se separó levemente de él y se sacó las prendas, quedando ante el hombre con solo un sostén y unos pantalones deportivos.

El hombre la pego de nuevo a el delineando con suaves caricias su figura, haciéndola respirar agitada, sus mejillas ardían por la excitación que sentía en esos momentos y su cuerpo vibraba ante el toque del castaño, las manos de la castaña se metieron juguetonamente debajo de la playera del hombre, quien se dejó hacer por ella sintiendo como levantaba la playera hasta llegar al altura de su pecho, donde él la ayudó sacándosela y aventandola por algún lugar de aquella oscura habitación.

¿dónde estabas tu?  [Alan Rickman] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora