XIII

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Las personas suelen cometer errores, estas se dividen en dos partes, las del grupo uno que son las que se arrepienten y las del grupo dos que no lo hacen. Un ejemplo del grupo uno es Michael Black, un hombre que cometió el error de engañar a el “Amor de su vida” y se arrepintió enormemente de eso después de mucho tiempo, y en el grupo dos, tenemos a su madre, la señora Agatha Black, quien al contrario de su hijo, nunca se arrepentía de lo que hacía y si lo hacía, de su cabeza no saldría.

Profundicemos un poco más ¿Quién es Agatha Black? de soltera Agatha Smith, una mujer muy guapa a decir verdad, primogénita del matrimonio Smith, quienes solo tuvieron dos hijas, familia bien posicionada, no más que los Black, cabe recalcar. Cuando apenas tenía 18 años contrajo matrimonio con nada más y nada menos que con el padre de su único hijo, no por amor exactamente, prácticamente la habían comprometido con el hombre mayor que ella por un par de años, a cambio de asegurarle a los Smith que nunca les faltaría ni un solo penique, cosa que ella misma se encargó que no fuera así, de ella no recibirían ni una sola libra , no después de venderla como a una vaca; Aunque a decir verdad, les agradecía de cierto modo aquello, ahora era empresaria, tenía una “Familia feliz”, y con el tiempo había aprendido a querer a su esposo, pero a amar a su hijo, todo lo vivido la llevó a ser lo que era ahora, lo que los empleados de la empresa llamaban Cruella.

-Gabriela, necesito que lleves la propuesta para el programa de las 9pm a mi esposo, haz que lo firme o no te molestes en regresar, habla con Michael, el señor Myers y junta a los directivos en la sala de juntas del último piso, necesitamos ver los balances generales de la empresa, no confío tanto en mi hijo, menos siendo independiente como él dice, y llevame un café a mi oficina- citó la mujer haciendo resonar sus tacones sin dejar de caminar, la pobre becaria aceptó efusivamente mientras trataba de no dejar caer los papeles que llevaba en la mano- para las 12 tendría que salir de aquí ¿Qué más hay que hacer según mi agenda?- la pobre chica hizo malabares para sacar de su bolso una agenda negra.

-A la 1 pm tiene una sesión de fotos y entrevista para el diario “The times” , a las 3 pm tiene cita en el club campestre con sus amigas, a las 5pm una cena con su esposo y unos inversionistas, a las 9 pm irá a la subasta para ayudar al hospital infantil a recaudar fondos para comprar nuevo material, apadrinar a un par de niños y remodelar el área de cardiología- soltó todo aquello sin respirar, la mayor asintió y cerró la puerta de su oficina en la cara de la agitada menor.

“No por nada le dicen Cruella”

¿Conocen el término “tiene cara de ser mala persona”? la mayoría de las veces la gente se equivocaba con aquello… ese no era el caso con Agatha, con ella nunca te equivocabas, ella es tal y como se veía desde una nota escrita en el diario hasta una entrevista dada en la televisión, ella es… cruel.

Todo lo contrarió a un pequeño ser que lleva su sangre y en ese mismo momento se encontraba comiendo palitos de zanahoria sentado en el sofá de la sala de la señora Johnson viendo la tv. Franz era el niño más dulce que podrías encontrar, celoso con su madre pero muy amigable, un pequeño que puedes amar al momento.

Franz solo tiene en mente 5 cosas:
uno, ama a su mamá
dos, Alan es su papá
tres, tiene a un señor que dice ser otro Alan y siempre le lleva regalos
cuatro. ama a la señora Johnson
y cinco, su amor eterno son, y siempre serán los rollitos de manzana con canela del abuelo Jacobo.

No había más preocupaciones, tal vez él cuando iban a llegar por él era una, pero nada más, no le importaría quedarse un rato más viendo los dibujos animados, en especial a esa hora que era cuando pasaban sus favoritos.

su rutina había cambiado desde el momento en el que papá Alan se había atravesado en su camino y le había hecho caer su paleta, luego se mudó con ellos, él era maravilloso jugando, se adaptaba perfectamente a cualquier papel, ya sea pirata o un mago, siempre lo hacía reír, cocinaba rico y le gustaban las mismas caricaturas, además, hacía reír a su mamá, la veía más feliz desde entonces y eso era bueno, muy bueno; con el otro señor en cambio, era una dinámica distinta, le llevaba muchos juguetes, dulces y ropa, pero su mamá al verlo solía no reír, cosa que hacía que el pequeño quisiera menos al hombre, en parte también era que cada que veía al otro, papá Alan solía no estar justo a su lado y darle su lugar al pelinegro, eso si que no le agradaba nada.

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2022 ⏰

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