La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu.(Mateo Alemán , novelista)
Clumsyse lazó sobreel colchón y ronroneó cuando encontró la postura perfecta.Sonreí acaricíandole.
Había hablado con Nicole.Ella no lo quería admitir,pero había llegado a ser su ojito derecho.Le había comentado que quería hacer algo útil.
-¿Algo útil ?-Había respondido asombrada.
Le expliqué que ser un cebo era una tarea que podía hacer cualquier persona.Me resultaba fácil pasar desapercibido y eso era algo clave para el trabajo.Simplemente quería un trabajo de campo.
-¿Estás completamente seguro?-Asentí y Nicole suspiró.
Entendía su preocupación por mí.Pero ya no era un niño,había crecido.
-Te unirás a mi equipo el viernes.
Y así fue.El viernes me presenté diez minutos antes de lo previsto en la puerta de la habitación de mi mentora.Clumsy se tambaleaba entre mis piernas,él también estaba ansioso.
A los cinco minutos se encontraban a mi lado una columna albina ,una pared de nombre africano y un hombre con pajarita.Todos me miraban asintiendo con la cabeza,analizándome.
Clumsy había recibido un par de patadas cuando decidió saludar a los extraños.Antes de que volviera a intentarlo lo cojí.
-Buenas tardes.-Saludó Nicole.
Yo no entendí por que decía buenas tardes si era por la mañana pero asentí con la cabeza.
Dejé a Clumsy en el suelo y tomé asiento.Sentí la gloria al sentarme.Esos asientos eran posiblemente más esponjosos de lo que nunca sería mi cama.
-Este es nuestro nuevo miembro.-Me presentó Nicole.
Sonreí y recibí un par de gruñidos,una sonrisa divertida y un casi desmayo.
Me encojí en el asiento.
-Mañana a las diez haremos las pruebas.-Informo Nicole.
Me presenté quince minutos antes y esperé.Esperé media hora,una y hasta dos.
Nadie apareció.
¿Cómo había sido tan tonto?No sé porque había confiado en Nicole.Era obvio que era pronto para que alguien como yo hiciera algo importante.
Así que decidí demostrar de lo que era capaz.
Armado con un cuchillo,un saco,dos guantes y un par de ratas muertas me encaminé hacía la calle.
Llevaba observando una casa desde hace tiempo.Un lujoso apartamento.Sus dueños:una pareja casada y su hija.
La hija solía pasear al perro de dos a cuatro.El padre trabajaba de doce a seis.La madre solía hacer la compra de dos a tres.
Los martes,miércoles y jueves había criadas.
Era el día perfecto para robar.Y para demostrar de lo que era capaz.
Accedí al interior de la casa por el jardín trasero.La llave estaba debajo de una regadera.
Una vez dentro de la casa abrí el saco.
Miré alrededor,todo parecía tan valioso y frágil.Con cuidado me dirigí hacia la estantería de madera y vertí ,balda por balda, todo lo que me gustó.
Repetí la acción en diferente habitaciones.Luego,recoloqué un par de objetos para que no notaran que yo había pasado por aquí.Un par de pulseras en la bolsa de la hija y otra en la chaqueta que una criada había olvidado.
Salí por donde había entrado.Estaba preparado para mostrarle mis habilidades a Nicole.
Porque,aunque ella dijera que no,yo había crecido.Y no iba a dejar de hacerlo por mucho tiempo.
