Capítulo 1

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• VIDA •

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VIDA

Bajé del taxi y le agradecí al conductor antes de caminar hasta la puerta de mi edificio, abrí y subí las escaleras hasta mi departamento

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Bajé del taxi y le agradecí al conductor antes de caminar hasta la puerta de mi edificio, abrí y subí las escaleras hasta mi departamento.

Entré y solté mis cosas a un costado de la puerta, quizá luego las recogería. Me dirigí a mi habitación y, soltando un suspiro cansado, me tiré sobre la cama. Estaba totalmente agotado, había trabajado todo el día.

Oí un fuerte golpe en la cocina, ocasionando que diera un pequeño brinco. Crispy entró zarandeándose por la puerta entre abierta  de mi habitación.

—Me asustaste —confesé— ¿Qué habrás roto ahora?

Me dirigí a la cocina, el florero que usaba de centro de mesa estaba desparramado por todo el suelo.

—Tienes suerte, era el florero barato —observé al gato, que lamía su patita para luego refregarse la cara. Inhalé una gran bocanada de aire— no puedo enojarme contigo —agregué.

Lo tomé en brazos y caminé hasta el sofá para tomar asiento. —¿Estás más rellenito o solo soy yo? —dije mientras acariciaba su pancita, a lo que respondió mordiéndome la mano.

—¡Ay! La put… —exclamé— ¡¿Por qué siempre haces eso?!

Hace varios días que no me tomaba un tiempo para estar con Crispy; la razón era que últimamente había estado trabajando más de lo habitual, y llegaba a casa muy cansado.

Encontré a Crispy en un callejón cuando aún era un pequeño gatito. Alguien lo había abandonado a su suerte en una caja de cartón ¿Quien podría abandonar a un animal tan chiquito? Desde entonces, se convirtió en mi bebé.

Prendí el televisor y reposé mi espalda en el sofá. Crispy dormía sobre mi pecho, por lo que no podía moverme mucho si no quería despertarlo. Sus suaves patitas se escondían una tras la otra, y su monótono ronronear me tranquilizaba.

Abrí los ojos por un rayo de sol que entraba por mi ventana, traté de espabilar, Crispy ya no estaba conmigo. Me senté y refregué mis ojos, me había quedado dormido. Rápidamente volteé mi cabeza y miré el reloj colgado en la pared; las 7 a.m.

TU ETERNO RECUERDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora