Capítulo 7: Juego de Stickers

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Capítulo 7:
«Juego de stickers.»

Dylan lleva conduciendo media hora y lo que más me preocupa es que todo lo que nos ha empezado a rodear son solo árboles, todo a nuestro alrededor es verde, a excepción de la carretera.

¿Debería preocuparme? Ni siquiera conozco a Dylan, ni siquiera sé porque ahora me estoy dirigiendo a un lugar desconocido con él. En el estacionamiento claramente pude decirle que no cuando me ha dicho que suba al vehículo, pero simplemente no lo hice. Mi curiosidad siempre ha sido más fuerte que yo, siempre.

Gran parte de la culpa la tiene mi tía por haberme puesto con este troglodita a hacer el proyecto, así que si me sucede algo el 50% de la culpa será de ella.

-¿Por qué tan callada?- pregunta el cínico que maneja a mi lado.

-No lo sé, posiblemente nos estemos dirigiendo al lugar de mi muerte y yo no lo sepa- respondo sin despegar mi vista de la ventana.

Dylan suelta una risa.

-Eres tan graciosa ¿acaso no me tienes confianza?

-No- respondo sin pensarlo dos veces.

-¡Auch! Un golpe dolía menos.

-No puedo confiar en alguien que use un guante de motocicleta cuando conduce un Jeep.

Él aprieta el volante provocando que sus nudillos se tornen blancos.

-¿Acaso no puedes dejarme en paz con lo del guante?

Me callo y no vuelvo a hablar en lo que queda de camino. Hasta yo me pregunto lo mismo ¿no puedo dejarlo en paz con lo del guante?

Pero soy bastante curiosa y ese guante me inspira mucha curiosidad. Por algo lo lleva, estoy segura que por gusto no es.

Dylan dobla a la Izquierda, nos empezamos a adentrar en un camino lleno de piedras y pequeñas yerbas, mi ceño se frunce demasiado cuando él detiene la camioneta de repente. Coloca su frente sobre el volante y al mismo tiempo cierra los ojos. ¿Que mierda?

-Creo que esto ha sido mala idea- dice.

-¿Que?- pregunto alzando una ceja.

Levanta la cabeza del volante.

-Esto de venir aquí.

Miro todo el lugar a mi alrededor.

-Esto ni siquiera es un lugar, bueno, si es un lugar, pero no un lugar lugar.

Ni siquiera yo sé que dije. Dylan me observa como solo él sabe hacerlo y lo entiendo.

-Este no es el sitio. No seas estúpida, Rapunzel.

Abro la boca, dando a demostrar mi indignación.

-¿Quieres volver?- pregunta.

-Claro que no, ahora siento curiosidad y quiero ver ese sitio.

Él bufa y vuelve a poner el auto en marcha. Lo observo mientras conduce muy concentrado. Dylan es bellísimo, a pesar de que la mayoría del tiempo tiene esa cara de que todo le molesta, especialmente es lindisimo cuando ríe, debería hacerlo mucho más a menudo. Su cabello negro azabache me incita a tocarlo, se nota a leguas que es súper suave a pesar de que la mayoría del tiempo lo lleva desordenado.

Él aparentemente se da cuenta de que lo estoy observando porque gira su rostro hacia mí.

Achica los ojos en mi dirección.

-¿Que me miras?

Sonrío sin dejar de mirarlo.

-Eres lindo, Dylan.

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