Destino, Caminos Encontrados [Completa✔️]

20. NO TODO ERA COMO PENSÉ.

[Maratón 3/3]

El viernes de la misma semana...

DARÍO.

Estos días no habían sido los mejores para mí. Casi dos años enamorado de Ayla y cuando por fin me hice su novio fui la persona más feliz, pero cuatro meses me había durado dicha felicidad.

¿Qué había hecho mal?

Joder nada, siempre fue atento, cariñoso, divertido y la quería mucho, siempre se lo demostraba, la respetaba y le dedicaba tiempo. Admito que estás últimas semanas había estado un poco distante, pero había sido porque me la pasaba estudiando para los exámenes de ingreso a la universidad.

¿Por qué había terminado conmigo?

Como ella había dicho, es mejor no darles respuestas a algunas cosas, pero yo necesitaba una explicación, el ¿Por qué termino lo nuestro?, ¿Ya no me quería? No eso no podía ser ella me dijo que sí, ¿Había alguien más?, lo dudo, ella me lo hubiera contado, porque antes que su novio era su amigo y ella podía decirme cualquier cosa.

Claro me hubiera incomodado un poco el tema, pero sé que sí hubiera alguien más ella me lo hubiera contado o al menos eso quería creer.

Faltan unos minutos para que acabe mi última clase, termino de hacer los últimos apuntes de introducción al derecho y justo toca el timbre.

Guardo todo y salgo del salón, al llegar al pasillo veo a Anna, mi mejor amiga, ella es de piel morena, cabello castaño y ojos marrones, es muy bonita. Suelto un suspiro y evito pasar por su lado, hoy no estoy para aguantar sus consejos y comentarios de que Ayla no vale la pena. Todo ese rollo de que no debo estar así por ella.

Anna nunca se ha llevado bien con Ayla, desde que se enteró que estaba enamorado de Ayla, ella la comenzó a detestar y cuando nos hicimos novios su fastidio hacia Ayla fue peor, pero trataba de evitar los comentarios ofensivos por mí, ya que yo le decía que, si seguía así me iba a alejar de ella.

Sigo mi camino hacia el estacionamiento, cuando la escucho que me llama.

—¡Darío!, ¡Joder, espera, Darío! —escucho que grita y me detengo, no quería ser un idiota con ella. Seguro sus amigas le avisaron que ya me estaba yendo al estacionamiento.

Llega a mi lado y me dedica una mirada de pocos amigos, está tratando de recuperar el aire.

—Como me haces correr —dice tomando otra bocada de aire —. ¿Por qué no me esperaste?

—Necesito estar solo, Anna. —le contesto y sigo mi camino hacia mi auto.

—¡Oye, espera! —vuelve a gritar y me coge del hombro para detenerme.

—Anna, ya te dije que quiero estar solo.

Se que estoy siendo un idiota con ella, pero necesito estar solo. No quiero decir algo que la vaya a herir.

—Necesito decirte algo. —me dice ella en un tono serio.

—Anna, si me vas a salir otra vez con el tema de que no tengo que estar así por Ayla y que... —le comienzo a decir.

—No es sobre eso —ella me interrumpe —. Es sobre algo que vi el lunes, eh estado pensando si en decirte o no, porque sé que te va a doler.

—Ya dime de que se trata. —le respondo sin mucho ánimo.

—Primero, no vayas a pensar que esto lo estoy inventando, porque no es así —me aclara antes de empezar a contarme —. El lunes en la noche cuando me dijiste que fuera a tu casa, pues como sabes, siempre tengo que pasar por la casa de Ayla, ya que ella vive una cuadra antes de mi casa y la ruta más fácil para llegar a la tuya...