Situaciones difíciles.

16 1 0
                                    

¿Qué hacer cuando uno está atravesando tiempos difíciles? 

Orar. Muchas veces oramos por unos días, y ya creemos que ya tiene que estar todo resuelto. Pero no, parte del orar diario, orar por esas decisiones que tal vez no sabemos cómo afrentar, esos problemas que no tenemos idea cómo solicionar o esas situaciones que tenemos que pasar sí o sí, y no sabemos cómo superarlas, es tener paciencia. Dios va a responder, y si no pensas que no te respondió aún, lo más probable es que su respuesta haya sido "Esperá." Porque Él quiere hacer algo grande con vos a través de eso. Recordá que todo lo que hace Dios tiene propósito. 

"No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias." Filipenses 4:6. 

Esperar en Dios. Esperar muchas veces se nos hace difícil. Muy difícil. Tan difícil que llega un punto que nos parece que Dios ya se olvidó de nuestro pedido, de nuestro sufrimiento, de nosotros. Parece que Dios no nos escucha, o se cansó de escucharnos siempre igual. Pero, justamente, eso sólo nos parece, porque no es la verdad. Dios jamás se cansa de ayudar y jamás se cansa de estar con nosotros, porque Él nos ama. Nunca nos va a dejar. Tenemos que seguir orando, y si pensamos que no hay respuesta, tenemos que orar más fervientemente. Y si aún así pensamos que no hay respuesta, tenemos que orar más y más. 

"Pero yo esperaré en el Señor; pondré mi esperanza en Dios mi Salvador, porque Él me escuchará." Miqueas 7:7. 

Dios prueba nuestra fe, no fallemos la prueba. El pensar que Dios no escucha o no responde trae frustración, enojo, tal vez rebeldía, impotencia; no son buenos sentimientos. Tampoco tenemos que esquivar o evadir esos sentimientos. No tenemos que emitirlos. Todo lo contrario, tenemos que enfrentarlos y frenarlos. Tenemos que, metafóricamente hablando, mirarlos a los ojos y decirles "A mi Dios nada se le va de las manos, nada se le escapa, y si su respuesta es "sí, no o esperá", o todavía no encuentro una respuesta, es porque Él así lo quiere y así es mejor. Tengo que ser paciente, esperar en Él. " Todo tiene su tiempo, y Dios tiene al tiempo.   

"Otros son como la semilla sembrada entre las piedras: oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero como no tienen suficiente raíz, no se mantienen firmes; por eso, cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, pierden la fe." Marcos 4:16-17. (Parábola del Sembrador.) 

Darle nuestras cargas. Hay que entregarle nuestras cargas, lo que a nosotros nos pesa. Poner en oración esos temas claves, esos temas que son nuestra debilidad, eso que nos hace mal. El problema que estamos atravesando, contarle a Dios. Si aceptaste a Jesús en tu corazón como yo lo hice, Dios es tu Papá también! Nada más lindo que escuchar a un hijo, y que tu hijo quiera comunicarse con vos. Que te busque. Muchas veces, las pruebas son para eso. Dios quiere probarnos, quiere ver qué hacemos cuando estamos mal. Y la respuesta para salir victoriosos en esas pruebas, es buscarlo a Él y permanecer en Él.  

"Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; Él nunca permitirá que el justo sea sacudido." Salmos 55:22. 

"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar." Mateo 11:28.  

"Permaneced en Mí y yo en vosotros; como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí." Juan 15:4.  

Leer Su Palabra. Dejémonos hablar por Él. Leamos Su Palabra para poder entender, tal vez no lo entendamos por completo, pero tratemos de entenderlo leyendo las Sagradas Escrituras. Allí está todo lo que necesitamos saber, entender, hacer. Dios nos las dejó para todas las ocasiones, nos dejó versículos para absolutamente todo. Porque nos ama, y quiere lo mejor para nosotros. Leamos las promesas que Él nos da (que son muchísimas! Muchas más de las que nos merecemos, seguramente!) Sentémonos a leer, démosle el espacio que se merece. Aunque una vida sería muchísimo menos de lo que Él se merece, démosela por completo! Él nos ama, nos entiende, sabe y ve todo. Quiere hablarnos, sólo hay que escucharle. Abrir Su Palabra, sentarnos en silencio, leer, analizar, comprender. Ver la reacción de los personajes de la Biblia, las distintas circunstancias que pasaron (que tal vez y seguro hayan sido mucho mayores y peores que las de nosotros) y ver cómo Dios interviene. Dios ayuda, Dios consuela, Dios cuida. Leer y comprender que Su fidelidad es inmensa! Y que así como fue de fiel con los personajes de la Biblia, con Moisés, Noé, José, Job y tantos otros, así va a ser con nosotros. Por qué? Cómo estar seguros? Porque Dios siempre fue así, lo es y lo será. Dios jamás cambia, siempre permanece igual. Dios es justo, Dios nos ama a todos por igual. Dios está acá siempre, con nosotros! Tenemos que tratar de entenderlo, y para siquiera tratar de entenderlo tenemos que saberlo, y para saberlo tenemos que leerlo de Su Palabra. Hay que aprender cómo es Dios. Hay que saber de todas sus promesas para no estar ahorrándonos ninguna! 

"La hierba se seca y la flor se marchita, pero la Palabra de nuestro Dios permanece para siempre." Isaías 40:8.  

"El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en Él se refugian." Salmos 18:30. 

"La Palabra de Dios es justa; fieles son todas sus obras." Salmos 33:4.

"Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor." Deuteronomio 8:3.   

Paz como resultado. Una vez que le dejamos todas nuestras cargas a Dios, entendemos que tiene un propósito, leemos acerca de sus promesas y esos propósitos, dejamos que Él nos hable, incluyendo nuestros pecados, arrepintiéndonos, una inexplicable paz se vuelve a nosotros. Por qué? Porque Dios la pone en nosotros. Ya no tenemos carga, somos libres. Ya sabemos a todo lo que va esto, para qué es. Ya hablamos con Dios acerca del tema. Tenemos tranquilidad, paz. Dios nos ama, por eso nos pone paz, nos tranquiliza, nos dice: "Todo va a estar bien, hijito, yo tengo todo controlado." La paz es el resultado que Dios promete. El amor incondicional que Él nos da, y que es el único que puede darlo, también nos lo promete. Él es un Dios de amor. Jesús es el Príncipe de Paz. Por lo tanto, nosotros, como hijos de Dios, no solo tenemos que ser pacificadores (tratar de evitar, ahogar y deshacer toda pelea posible, entre nosotros y otra persona, como en otros dos hermanos), portadores de paz; sino que también tenemos una paz eterna asegurada. Es la paz de saber que Dios se encarga, y que Él puede con todo. Esa paz es invaluable, y Dios nos la da gratis porque nos ama! Sólo hay que darle nuestras cargas.  

"No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará de sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús." Filipenses 4:6-7.  

Los tiempos difíciles están siempre; tanto para la vida del cristiano como para la vida de un inconverso. Dios jamás prometió que por ser sus hijos no pasaríamos por tribulaciones, pero lo que sí nos dio a saber es que su amor jamás se alejaría de nosotros porque Él jamás lo haría. Y hasta el problema más grande para nosotros es diminuto frente al Dios gigante que tenemos. Dios está con nosotros, en nosotros, por nosotros y para nosotros siempre. Y de su mano, las situaciones difíciles, se vuelven tan solo experiencias, momentos que nos fortalecieron, historias para dar testimonio y testificar. Contarle a nuestros demás hermanos: "Miren por lo que pasé, y cómo Dios me amó y protegió! Así lo hará con ustedes!" 

No importa por qué situación difícil estés pasando, o en qué problema pensabas cuando leías todo esto. Lo importante es el Dios gigantezco que te ama y que está dispuesto a acompañarte en cada segundo, para poder atravesarlo, superarlo y salir victoriosos juntos! Si sos su hijo, gloria a Dios, sosténte a Él siempre, en cada momento, y vas a experimentar la paz que Él te brinda.
Y si todavía no sos su hijo, qué esperas?! Orá, pedíle que sea tu Papá, pedile perdón por todos tus pecados, por todo lo malo que hiciste, arrepentite. Todavía estás a tiempo! No esperes que sea demasiado tarde. Pedile que sea tu amigo. Cómo? Empezá la oración diciendo: "Señor Jesús" y terminala con "En el nombre de Jesús, amén" ('amén' significa 'así sea'.)  

Las situaciones difíciles, las cosas que vos pensas imposibles de resolver, son las especialidades de Dios porque, sabés qué? Dios es especialista en imposibles. 

"Más Jehová está conmigo como Poderoso Gigante..." Jeremías 20:11. 

"¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" Romanos 8:31. 

[A Él sea la gloria, la honra y el poder.] 

La llave de la felicidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora