I. Recuerdos

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¿Cuánto tiempo había pasado desde que la locura le empezó a consumir los pensamientos?

Siglos, cuántos exactos no lo sabía.

¿Y desde que olvidó todo con un hechizo?

Otros cuantos siglos.

Y entonces... ¿Cuándo planeaba destruir su dimensión?

Después de asesinar a su soulmate, Dipper Gleeful.

【。。。】

Despertó de golpe al ver en sueños todo lo que había hecho hace siglos. No sabía si reír o llorar, ya no tenía ni idea de qué hacer. Todas las cosas que había planeado y ahora pensaba en dejar todo atrás por un simple humano... No, eso no era posible.

Tenía que continuar con su plan, no podía dejar que todos sus esfuerzos fueran en vano por un tonto sentimiento como lo era el amor. Su plan desde el inicio era conquistar su mundo, o en todo caso, destruirlo.

Toda su vida lo habían tratado como alguien débil y él había hecho que se diera cuenta de cuán 'inferior' era en su mundo lleno de demonios y seres poderosos, pero su acto, un engaño cruel, sólo logró despertar en lo más profundo de su ser la sed de venganza y toda la magia cruda que en él recidía y había mantenido dormida durante todos estos siglos.

Hace ya muchos años se había cansado de llorar en silencio durante las noches, de soltar gritos y lamentos contra su almohada para evitar que sus hermanos o sus padres escucharan los sonidos que su tristeza y su corazón roto emitían a través de sus labios. Estaba harto de ser el menor, el olvidado, ser únicamente recordado en las sombras.

Por eso había comenzado lo que hizo.

Había causado muertes, dolor, derramamiento de sangre entre su propia gente y la de seres divinos.

Ya no había marcha atrás.

Los recuerdos seguían volviendo a su mente, se sentían frescos y vívidos, recordó el placer que le causaba la sangre de sus víctimas escurriendo por su rostro, brazos, cuerpo... Los gritos llenos de agonía y de profundo dolor, las plumas cayendo al suelo silenciosamente por tanto forcejeo para luego perderse con el viento en la oscuridad de la noche.

La imágen de un chico azabache mirándolo con horror después de darse cuenta que lo había vuelto su marioneta, Beast. El ex de su hermano, su viejo amigo y alguien que lograba igualarlo en poder, por eso lo tenía bajo su control.

Pero con todos esos recuerdos pasados también llegó la culpa, todo lo que sus anhelos habían provocado en su familia, las consecuencias de sus actos habían resultado devastadoras para los seres más cercanos que había en su vida. Sin embargo siempre supo que obtendría lo que quería a un gran costo, ahora sólo le quedaba esperar que sus padres y su hermana le perdonarán en su siguiente vida, aunque eso era algo muy poco probable.

Se permitió reírse de sí mismo y sus tonterías, y también dejó caer varias lágrimas simbolizando cuán triste se seguía sintiendo en lo más profundo de su solitaria alma.

—Lo siento, Dipper... —murmuró mordiéndose el labio para evitar romper en un llanto descontrolado.

Cerró sus ojos e intentó tranquilizarse, se quedó así unos momentos hasta que de repente soltó un suspiro, se levantó de la que había sido su cama los últimos seis años y se encaminó al baño.

Hizo su rutina de todos los días y se preparó con su traje de sirviente, se quedó viendo su atuendo frente al espejo, pronto dejaría de usarlo, pronto dejaría de ser alguien insignificante.

Y para eso tendría que quitarle la vida al hermoso chico castaño que había resultado ser el amor de su vida.

Pronto dos corazones dejarían de latir.

Y Will podría hundirse en su infinito color azul después de terminar con lo que había empezado hace mucho, mucho tiempo.

Why So Blue? [Will Cipher]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora