V. Antiguo Trato

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Tic tac.

El tiempo está avanzando, con cada segundo que pasa te acercas más a tu inevitable final.

Tic tac.

Antes de que el reloj de tu vida se detenga, tendrás que cumplir con la promesa que nos hiciste.

Tic tac.

Se te acaba el tiempo.

Era una nueva mañana, dos días pasaron desde lo ocurrido aquella noche y aparentemente todo seguía como de costumbre

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Era una nueva mañana, dos días pasaron desde lo ocurrido aquella noche y aparentemente todo seguía como de costumbre. El peliazul se detuvo frente a una puerta blanca y respiro profundo preparándose mentalmente para lo que se venía.

Ni siquiera se molestó en tocar la puerta al entrar al despacho de Stanford Gleeful, simplemente abrió la puerta, entró y volvió a cerrarla ganándose una mirada de disgusto del mayor. Éste estaba por reprenderlo sin embargo Will le ganó la palabra.

—Ahora lo recuerdo todo —dijo, el contrario arqueo una ceja en señal de confusión.

—¿Recordar qué, Will?

—Tú y yo —señaló a cada uno mientras lo decía—, hicimos un trato hace unos años, sobre el asesinato de los Gleeful.

—Ah, con que ahora lo recuerdas... —dejó el trabajo que estaba haciendo para enfocar su atención en el demonio—. He esperado treinta años, ¿no crees que te tardaste un poco? —dijo irónico.

—Escucha, no eres el único con el que hice un trato, y para que todo funcionara necesitaba olvidar y esperar —chasqueo la lengua—. No espero que un humano comprenda todo este lío —añadió sonriendo con soberbia.

Stanford se levantó de su silla provocando que ésta hiciera un chirrido irritante, salió de detrás de su escritorio y camino sin decir nada hasta donde se ubicaba de pie el peliazul, solamente se limitó a verlo fríamente con la mirada. Se detuvo dejando apenas unos centímetros de distancia entre ellos, Will le sostuvo la mirada en todo momento, ya no se dejaría intimidar por un viejo y patético humano del cual se podía deshacer con un movimiento de su mano lo suficientemente rápido como para que ni siquiera pueda ver venir su final.

—No quieras pasarte de listo, Will —advirtió de forma amenazadora—. Recuerda que aquí yo soy el que manda.

—¿Estás seguro? —respondió ensanchando más su sonrisa—. En fin, me voy. Tengo trabajo que hacer.

—Necesito que cumplas con tu parte del trato lo antes posible —dijo el hombre cuando estaba por salir de la habitación.

—Descuida, seis dedos. Cumpliré, tengo un plan.

Why So Blue? [Will Cipher]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora